NUEVA YORK/PARÍS.- La empleada del hotel Sofitel de Nueva York, que acusa de agresión sexual al director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, negará categóricamente ante la Justicia haber tenido una relación consentida, adelantó al canal NBC, su abogado Jeff Shapiro.
"No hay nada de consenso en lo que tuvo lugar en esa habitación de hotel. Las afirmaciones de sexo o encuentros consentidos no son ciertas", señaló.
A su vez, el hermano de Nafissatou Diallo, la mujer que denunció el intento de violación, negó que se le haya tendido una trampa al jefe del FMI, en una entrevista que publica ayer en el periódico "Le Parisien". "Ella no sabía quién era. Mi hermana es incapaz de inventar una historia así. Es una musulmana practicante que lleva pañuelo, y una mujer honorable y decente que trabaja duro para criar a su hija", afirmó Blake Diallo. Agregó que su hermana (nacida en Guinea) llora mucho desde el hecho y sigue en estado de shock y con custodia policial.
Los defensores de Strauss-Kahn han prometido una vigorosa defensa. El abogado Benjamin Brafman aseveró en la Corte que la evidencia aportada por la acusación "no será consistente con un encuentro forzado".
El llamado "gran jurado", de 23 miembros, definirá hoy (tras reuniones secretas y sin ningún juez) si el acusado debe o no ser inculpado de algún delito, según las pruebas presentadas. De seguir el proceso, el jefe del FMI deberá comparecer en los tribunales mañana; en esa audiencia deberá declararse culpable o inocente de los cargos.
Dudas por la sucesión
Mientras sigue la incertidumbre judicial, en el FMI se busca al sucesor del detenido. "Obviamente no está en posición de dirigir la entidad", afirmó el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner, El norteamericano John Lispky, adjunto de Strauss-Kahn, quedó interinamente a cargo.
El nombre de la ministra de Economía y Finanzas francesa, Christine Lagarde, es el que más se repite en estos días; pero esta jurista de 55 años también podría enfrentarse a la Justicia.
Su caso es por un escándalo financiero destapado por el socialismo, que la acusa de comportamiento incorrecto (malversación de fondos públicos) debido a que en 2008 apoyó una sentencia arbitral que otorgó al empresario Bernard Tapie una indemnización de 285 millones de euros.
Ante esta situación, crecen las chances del alemán Josef Ackermann, titular del Deutsche Bank (Especial-DPA-AFP)