"Hay una comunidad de fieles que lo siguen, hay un sistema de creencias, y eso es lo que él ha logrado. Es un referente bastante importante en lo que respecta a la religiosidad oriental, aunque haya logrado predicamento tanto en Oriente como en occidente, explica el doctor en Filosofía Raúl Nader. cuando se le pide una reflexión acerca de Sai Baba, el líder espiritual fallecido este domingo en Puttaparti, en la India.

Nader, experto en Teoría del Mito y Filosofía de la Religión, se ríe cuando se le pregunta, un poco en serio, un poco en broma, si en la disciplina que él maneja hay una suerte de protocolo para definir si hay que creer - o no- en el plus de divinidad de Sai Baba.

La pregunta viene a cuento porque así como el líder hindú tiene miles de devotos, también suma detractores y denuncias sobre supuesta pedofilia (nunca comprobadas), márketing religioso y fraude (cuestionan los supuestos milagros que lo hicieron famoso, entre ellos sanaciones y "materializaciones"). En ese grupo crítico está el periodista Martín Caparrós, que viajó a la India y dio en su libro Dios mío, editado en 1994, su versión (demoledora) del fenómeno que se ha generado hasta ahora alrededor del líder hindú.

Sai Baba cuenta con millones de seguidores en más de 100 países. Su centro religioso es lugar de peregrinación para muchas personalidades, y a su sepelio concurrieron las máximas autoridades de la India. A su muerte, deja una estructura que incluye escuelas primarias y secundarias, una Universidad, dos hospitales de última generación y un proyecto de agua potable de alto impacto en diversas poblaciones de la India.

Ni apologeta ni detractor, el filósofo Nader responde: "No hay un protocolo. Pero, en el caso de Sai Baba, hasta ahora él ha logrado una muy fuerte adhesión popular. El tiempo dirá si esa adhesión continúa. La adhesión popular es fundamental para la consagración del mito. Fijémonos, sino, en lo que está pasando también por estos días con Juan Pablo II, cuyo proceso de beatificación ha logrado una adhesión impresionante".

Nader no se sorprende de los sentimientos encontrados que genera Sai Baba. "Ha ocurrido con todos los líderes espirituales, son personas poseídas por un espíritu de emociones extremas, que pueden generar tantas adhesiones como rechazos", afirma.

¿Cómo ve el movimiento, la cantidad de gente que hasta ahora viajaba a la India para ver a Sai Baba? "Son nuevas corrientes espirituales. Cada época reclama nuevas respuestas acerca de lo que es el sentido de la vida y de la forma de relacionarse con Dios", responde.

Las respuestas buscadas

Celia Aiziczon de Franco, doctora en Filosofía y autora de Rito, mito y fiesta, opina que el Sai Baba concita sensaciones de espiritualidad y adhesiones "porque no quiere incoporar ningún dogma, ninguna nueva religión".

"En este mundo tan caótico, tan lleno de exigencias y de urgencias, la gente necesita del mito para poder vivir". "Hay una necesidad del hombre de buscar respuestas últimas a las cosas", concluye Aiziczon, en coincidencia con Nader.