LONDRES.- Después de un descanso de dos horas, el príncipe William y su esposa Kate Middleton continuaron hoy los festejos de su boda con una fiesta en el Palacio de Buckingham. Los recién casados viajaron por la noche desde la cercana residencia de Clarence House.
Kate cambió el vestido de novia por uno de noche de color blanco, con los hombros al descubierto, que fue diseñado también por Sarah Burton para la casa de Alexander McQueen. "Estoy contenta de que no falló el clima. Tuvimos un día maravilloso", expresó la nueva duquesa de Cambridge.
El vestido de noche es de satén y tiene diamantes bordados en la cintura. La falda es amplia y con vuelo. William también cambió el uniforme por un esmoquin, al igual que su padre, Carlos. Su esposa, Camila, eligió para la celebración un largo vestido azul. A la cena, en la que al final habrá baile, asisten 300 miembros de la familia y amigos cercanos.
Ausentes
No participan de la cena los abuelos de William, la reina Isabel II y el príncipe Felipe. La monarca de 85 años y su esposo de 89 se despidieron después de la boda en la abadía de Westminster y la posterior recepción en el Palacio de Buckingham y regresaron a su residencia en el castillo de Windsor. En la web circulaban rumores, según los cuales la reina estaba en desacuerdo con la fiesta con música bailable en el palacio, aunque no hubo ninguna respuesta oficial.
El programa exacto de la fiesta privada sigue siendo secreto. Sin embargo, el momento más esperado es el discurso del testigo de la boda, Harry, de 26 años, hermano del príncipe. El discurso probablemente contenga anécdotas y chistes. Tradicionalmente, el padre de la novia también suele brindar un mensaje. Además, al parecer, Harry organizó un desayuno para la mañana. Hay versiones según las cuales el festejo en Buckingham incluirá bolas de espejos en los techos y un DJ.
En tanto, cerca de un millón de personas seguían celebrando en las calles de Londres. En las plazas centrales como Trafalgar Square había ánimo festivo hasta la noche. Muchos pubs organizaron fiestas bajo lemas como "La realeza en los 80".
Algunos fans se animaron incluso a pasar una noche más a la intemperie para poder echar mañana un nuevo vistazo a los recién casados. Catalina y Guillermo pasarán la noche en Buckingham, por lo que se calcula que quizá se los pueda volver a ver mañana temprano nuevamente. (DPA)