"Esta casa era la de mayor calidad y el mejor proyecto de una serie de 10 viviendas urbanas entre medianeras que proyectó Sacriste a mediados de los años 70. A tal punto que el edificio en altura contiguo (al oeste) le rindió homenaje con una marquesina de hormigón idéntica a la que tenía la casa." Julio Middagh, el arquitecto que trabajó con Eduardo Sacriste y que estudia su obra, rememora la casa Diker y le explica a LA GACETA que en historia de la arquitectura se identifican las casas con el nombre del propietario original. La de Santa Fe 664 quedó convertida hoy en una triste cerca de obra que oculta la demolición total.

El partido arquitectónico de la casa era un clásico de Sacriste: cocheras dobles adelante; a un lado el acceso principal, al otro el de servicio, una escalera inmediata al ingreso que va al de los dormitorios, y en planta baja, cocina, lavadero y estar, comedor, galería y esparcimiento al fondo. El modelo se convirtió en tipología y otros arquitectos lo desarrollaron (Combes y Napadensky, entre otros).

"Muchas de las casas importantes de Sacriste están en barrio Norte, y otras van correr la misma suerte -como la casa Martínez Zavalía, de Balcarce al 600, advierte Middagh- ya que su valor es sólo el de la cotización inmobiliaria para un edificio en altura en la zona residencial cara". Hace tiempo, Middagh trató de interesar a algunas empresas fuertes para que adquirieran esas propiedades. "Pero no les interesó por el problema del estacionamiento y porque lo que se invierte en propiedades grava impuestos y lo que se alquila se desgrava", explicó.

Preocupación

El arquitecto manifiesta su preocupación sobre el patrimonio moderno, que abarca obras desde 1940 en adelante, en particular sobre obras de Sacriste, que ha proyectado y construido más de 130 viviendas -inventariadas- de las cuales 100 están ubicadas en Tucumán, y de ellas 12 son las que se estudian en la Facultad de Arquitectura.

"Un hito de la arquitectura moderna en Argentina es la casa Terán, del año 36, frente a la Facultad de Derecho -ejemplifica- que por ser propiedad privada no está protegida porque no hay disponibilidad de expropiación y no hay negociación con los propietarios para que la mantengan como patrimonio. En Yerba Buena hay unas casas blancas de Rolando Piñero que se estudian en todas las facultades de Argentina y sin embargo no están inventariadas", indicó. Reflexiona que pareciera que no ha pasado suficiente tiempo para que se le preste atención.

"La arquitectura sigue la dinámica social y la de la ciudad, pero -advierte- hace falta llevar un registro de los edificios con valor patrimonial como memoria edilicia. En Tucumán deberían considerarse por lo menos una casa italianizante, una ?a patio?, una art déco, una art nouveau."

"El abordaje del tema es una asignatura pendiente -asevera Middagh-, y no puede ser que sea expresión de tristeza urbana; sucede porque no hay un organismo que gestione la negociación sobre la ciudad (no sólo de los valores patrimoniales sino de los valores urbanos en general), que debiera ser un ala dentro de la misma Municipalidad que articule lo privado con el Estado".