En la antigüedad era considerado un arte imprescindible. Pero hoy casi nadie lo practica. El epitafio, ese pensamiento último que se escribe para honrar a un difunto, solía acompañar el descanso de pensadores y guerreros, de científicos y religiosos, de artistas y poetas. En Tucumán, los epitafios se encuentran sólo en las tumbas de algunos personajes ilustres como las de Guillermina Leston de Guzmán o Benjamín Matienzo.
El olvidado arte de escribir en las tumbas
Hay pocos epitafios en los cementerios.
ETERNIDAD. En la tumba de Benjamín Matienzo hay una singular leyenda. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO