San Miguel de Tucumán está muy lejos de ser una ciudad sustentable, que pueda garantizar una buena calidad de vida a los ciudadanos actuales y a las generaciones futuras. Hace falta duplicar la cantidad de espacios verdes, el consumo de agua es excesivo y hay basura por todos lados. Además, dos investigaciones universitarias mostraron que el aire se ensucia cada vez más: la contaminación atmosférica supera hasta 600 veces los límites permitidos. La polución sonora también excede los valores óptimos. Y aunque existen normas para soñar con una ciudad sostenible, no se cumplen. Los especialistas opinan que la capital ni siquiera ha emprendido el camino para ser una metrópolis más saludable.