Si el buen periodismo ayuda a pensar sobre lo que pasa, los premios Pulitzer -los galardones más prestigiosos en el quehacer periodístico, que otorga la universidad de Columbia en Estados Unidos- dan una pista sobre esta tarea, que no se circunscribe a un lugar en el planeta, sino a las preocupaciones del hombre. Es un detalle que una historia  haya ocurrido en un barrio marginal de Los Angeles, el cual bien puede asemejarse a la Costanera tucumana; o que el escándalo de los ediles que se aumentaron en secreto los sueldos en California pueda parecer tan argentino como el dulce de leche. Testigos privilegiados de los infiernos, las ilusiones, las emociones y las pasiones, los hombres de prensa transmiten, en textos, imágenes y voces, esas preocupaciones de la humanidad, y eso muestran estos premios. Les entregamos un extracto de los Pulitzer.