María y José están ya en el pesebre, esperando que nazca el Hijo de Dios. Junto a ellos hay un nuevo actor que se une a los 250 que se han ido sumando a lo largo de 12 años de representación de "La Pasión de Dios Hombre", en el parque 9 de Julio. Es un burro de verdad, un poco asustado al sentirse observado por 15.000 personas alrededor del lago San Miguel. Anoche se vio la primera de las tres funciones que ofrece la Municipalidad a partir de las 20.30, durante los tres días que quedan de la Semana Santa.
Las luces se apagan y sólo se escucha el llanto de un niño. Es Jesús, cuya vida, crucifixión y muerte se cuentan en la obra de Carlos Kanán y de Graciela Weiss.
La obra no da paz a los sentidos del espectador, que se mantiene atento a los golpes de sorpresa, magia y emoción que se suceden hasta el final. "¿Cómo hace?" "¡Mirá cómo camina por el agua!" Las exclamaciones y el murmullo del público aumentan cuando ven a Jesús, encarnado por Mario Costelló, encaminarse por medio del lago hasta la barca donde Pedro y Santiago están pescando.
No sólo el espectador se siente movilizado, también los actores. "Siento una angustia muy grande, y una vez lloré de verdad", confiesa Herodes (en el escenario; Julio César Chacana en la vida real). Le han tocado los personajes más fuertes: Herodes, Pilatos y el discípulo Tomás. Él mismo propuso agregar una escena a partir de este año: la muerte de Herodes.
"Todos los años agregamos nuevos elementos a la obra, esta vez dimos más desarrollo a la conversación de Judas con Jesús", aporta Alejandro Liendo, que hace de José, el apóstol Felipe y uno de los sacerdotes que condenan a Jesús.
Costelló advierte que no puede contener la emoción una vez que termina la representación. Le llevan chicos discapacitados para que él los bese y abrace. "Los primeros años me sentía incómodo y afligido, hasta que descubrí que la gente no se confunde -explicó-. Sabe que soy un actor y que no voy a hacer ningún milagro, pero se consuela con que la escuche. Eso sí puedo hacer ..."