Tiene tendencia a apoyarse en situaciones fantasiosas, ajusta la realidad a sus propias necesidades, mantiene relaciones fugaces, es inestable emocionalmente y, cada tanto, actúa de modo impulsivo y descontrolado. Así se describió ayer a Ema Hortensia Gómez, en un informe psicológico que fue incorporado como prueba en el juicio oral en el que se investiga el crimen del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, y en el que se concluye que la imputada sufre un severo trastorno de personalidad.

La jornada pareció casi rutinaria. El presidente del Tribunal, Pedro Roldán Vázquez, enumeró las pruebas que la fiscala de Cámara, Juana Prieto de Sólimo, solicitó que sean tenidas en cuenta para dictar sentencia. Una a una, el camarista fue incorporando pericias balísticas, informes de llamadas telefónicas, exámenes médicos y actas de procedimientos que realizó la Policía. Y en el medio, se coló el informe que realizó la psicóloga Lilia Teresa Rodríguez, del gabinete psicosocial del Poder Judicial.

El silencio se apoderó del anfiteatro del Colegio de Abogados, donde se desarrolla el debate oral. Gómez se recostó sobre su asiento, y mirando hacia un costado, como si no prestara atención, escuchó al secretario Carlos Lix Klett leer la descripción de su personalidad. Al momento que la entrevistaron, seis meses después que asesinaran a Aráoz, la ex agente se mostró lúcida, coherente y consciente de la situación que atravesaba. "En ocasiones se muestra un tanto ansiosa, atravesando por ligeros accesos de llanto como efecto del síndrome de abstinencia (drogas) al decir de la misma", afirmó Rodríguez en el escrito. La psicóloga agregó que la abstinencia fue una justificación inmediata que dio Gómez, como una forma de explicar su posible vulnerabilidad.

Fantasías

Rodríguez concluyó que Ema Gómez posee un nivel intelectual "término medio", cuyo potencial no resulta suficientemente aprovechado. "En general, se desprende una pobreza en la interpretación de la realidad, a la que le otorga una lógica personal, no convencional, con tendencia a apoyarse en la fantasías, llegando a forzar la realizad y ajustarla a sus propias necesidades", concluyó la especialista. Como consecuencia de esos rasgos, Rodríguez afirmó que la acusada de matar a Aráoz tienen un debilitado juicio de autocrítica y le cuesta adaptarse.

Al describir el aspecto emocional y afectivo de Gómez, la psicóloga expresó que tenía una tendencia a establecer relaciones fugaces y superficiales, y que tenía una marcada labilidad. Eso acrecienta la posibilidad de que la ex agente tenga "conductas impulsivas un tanto descontroladas", de acuerdo al informe.

Todas esas conductas pueden conducir al consumo de sustancias tóxicas, es decir drogas, lo que justificaría su adicción a la cocaína (Gómez reconoció, de hecho, que había consumido esta sustancia el día del crimen).

Del informe también se desprende que Ema Gómez, como un mecanismo de autodefensa, tiende a manifestar sentimientos contradictorios y al mismo tiempo tiene disociaciones afectivas (sonríe mientras dice estar sufriendo, por ejemplo).

Diagnóstico

Rodríguez determinó que la ex agente sufre un severo trastorno de personalidad. "Alude a un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y comportamiento que se aparta acusadamente de expectativas o normas socioculturales", afirmó en su conclusión. Además, la psicóloga pronosticó que debía cambiar su posición frente a sus situaciones de vida, ya que no tenía compromiso con las cosas que le pasaban.

En el juicio dijeron que Ema Gómez tuvo varios novios, que tenía constantes cambios de humor y arranques agresivos. Y el informe coincidió, en detalle, con todo lo que se dijo en el debate.