El trastorno de personalidad es un conjunto de perturbaciones o anormalidades que se dan en las dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales y de relación social de un determinado individuo.

Las personas que sufren este tipo de trastorno tienen un grado de conducta e inadaptación social por la frecuencia de estas perturbaciones, lo que lo lleva a tener un desajuste social. Así, las mentiras, confabulaciones, idealizaciones de un pensamiento mágico, pueden ser moneda corriente.

Lo que diferencia a este trastorno de otras enfermedades mentales, es que es un patrón persistente e inflexible. No es un simple ataque de pánico aislado, sino que es un cuadro constante, que se manifiesta a partir de la adolescencia y se extiende a una gama de situaciones sociales .

Genera un malestar significativo o un deterioro social o laboral en las diferentes áreas del quehacer de las personas afectadas. No tiene que ver con otros problemas, hay algo en su genética y en su medio que determina que se desencadene este trastorno.

El patrón afecta varias áreas, como la forma de percibir a uno mismo, a los demás y a varios acontecimientos. No se percibe un acontecimiento de la misma manera que la mayoría que no tiene un trastorno. Se manifiesta en cómo se relaciona con las otras personas y tiene dificultades para controlar los impulsos.