TOKIO, Japón.- La situación de la central nuclear de Fukushima parece ya incontrolable. La lucha por salvar los reactores es casi imposible de ganar, según algunos miembros del Gobierno japonés. La firma Tepco, dueña de la planta, reconoció ayer que la única solución es desmantelar las usinas y que la operación para contener la crisis nuclear podría durar varios meses, informó el diario español "El Mundo".

Mientras tanto, los niveles de yodo radiactivo registrados en las últimas lecturas en las aguas cercanas a la central superan ya 4.385 veces el límite legal, según las mediciones de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón. Estas pruebas indicarían que la radiación se estaría filtrando de forma continua al mar, aunque los ingenieros y el resto del personal desconocen la vía de salida. Ante esta evidencia, la agencia solicitó al Gobierno que amplíe entre 20 y 30 kilímetros la zona de evacuación, pero hasta el momento no hubo respuesta oficial.

El jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, ha reiterado que pese a estas recomendaciones no hay planes de extender el perímetro de evacuación. Sin embargo, el Gobierno sí ha decidido intensificar la medición de la radiactividad en la tierra.

Pese a ello, la compañía no cesa en su intento por enfriar los reactores de modo que la situación no vaya peor. Los operarios de Tepco han reanudado hoy los trabajos para eliminar el agua radiactiva de los reactores 1, 2, 3 y 4, cuya presencia ha complicado el restablecimiento de los sistemas de refrigeración. (Especial)