Avanzar. Esa es la premisa. Los investigadores encargados de dilucidar quién asesinó a Pablo Aiziczon, quien ayer fue hallado sin vida en su auto, con tres impactos de bala en el cuerpo, ya se han puesto en marcha para llegar a una rápida conclusión. Su primera medida fue pedir el listado de los titulares de las líneas telefónicas con las que el profesor de tenis se comunicó desde su celular antes de morir. La nómina les sería entregada dentro de 48 horas. 
A la Policía le interesa saber, más que nada, la ubicación desde la que se hicieron las llamadas, lo que daría pistas más firmes que podrían conducir al asesino. Por otro lado, los investigadores esperan los resultados de la autopsia, de la que saldrían nuevos datos. Los restos de Aiziczon fueron inhumados hoy, en el cementerio israelita.
El trágico desenlace del profesor de tenis conmovió a la provincia. Su cuerpo fue encontrado envuelto en una frazada, en el asiento trasero de su auto, el Suzuki Swift gris que ayer apareció en un pasaje del barrio Horco Molle de Yerba Buena. Allí lo rociaron con nafta y le arrojaron un fósforo encendido. Cuando vieron las llamas, los asesinos se fueron. Poco después, el fuego se apagó ya que la combustión no llegó a completarse porque las ventanillas estaban cerradas.
Los investigadores manejan tres hipótesis que podrían explicar lo ocurrido. "Él se había hecho cargo de un negocio recientemente y había gente muy molesta con eso. No sabemos si hubo o no amenaza, pero sí que las cosas no estaban bien; no queremos descartar nada", señaló una fuente. La segunda línea, añadió, apunta a una denuncia que realizaron en los últimos días contra un allegado de la víctima. "Es la menos firme", aclararon. La tercera, que se remite a una venganza pasional, es la que están tratando de corroborar. LA GACETA ©