Los responsables del derrumbe del anfiteatro C de Filosofía y Letras deberán responder ante la Justicia Federal, según anunció el rector de la UNT, Juan Alberto Cerisola en la reunión del Consejo Superior del martes pasado. En esa ocasión, mencionó los nombres del ex rector César Catalán, del ex decano de Filosofía, Luis Bonano y de la empresa Gama SRL, que construyó el techo del aula, aunque no dejó claro si se investigan sus acciones.

En su discurso ante el Consejo Superior, el director de Planeamiento, Carlos Prieto, habló de "deficiencias constructivas" en el anfiteatro, "perfectamente documentadas" en el informe que el Instituto de Estructuras de la Facultad de Ingeniería ya entregó al rectorado. Los detalles del peritaje no se han hecho públicos por el secreto de sumario requerido en estos casos.

Las personas mencionadas por Cerisola se mostraron sorprendidas por sus dichos. "La forma en la que se expresó el rector ayer (por el martes) fue de mala fe, en un momento en el que todos buscan deslindar responsabilidades. Cualquiera sabe que los decanos pueden participar del diseño de un proyecto pero no tienen ningún mecanismo de control sobre la licitación o la calidad del edificio. Todo pasa por (la Dirección de) Construcciones Universitarias y el rectorado controla esa oficina", comentó Bonano.

Para Catalán, es imposible que un rector controle las obras: "Eso le corresponde a otros niveles. Son muchas las obras y la UNT, muy grande", apuntó.

Aquel 28 de febrero

El techo del aula C colapsó el 28 de Febrero, una hora antes de que empezaran unas clases introductorias. La obra había sido adjudicado a Gama en 1997, durante el rectorado de Catalán. En esos días el arquitecto AbelTannuré dirigía Construcciones Universitarias.

"Los inspectores que la dirección tenía supervisaron la construcción. En ese momento todo salió bien. Las construcciones tienen un período de garantía, por lo que se firman avales en caso de fallas materiales. Si el derrumbe se produjo 14 años después del final de obra probablemente sea por falta de mantenimiento", opina Tannuré.

"Si se rompen las tejas y no las cambian, las filtraciones deterioran las estructuras y después colapsa el techo, sin un plan de mantenimiento adecuado", agregó el ex director de Construcciones Universitarias.

Qué dice la empresa

La responsabilidad civil de las constructoras se extiende por un periodo de 10 años una vez finalizada la obra. Jorge Garber, socio gerente de Gama SRL, afirma que ellos fueron contratados para hacer sólo la cubierta del auditorio. "El cierre se hizo en función de los cálculos de Construcciones Universitarias, quienes levantaron la estructura de hormigón. El techo que hicimos era una estructura muy pesada de hierro, contrapiso y tejas, que requería un mantenimiento frecuente. El hierro oxidado, por ejemplo, pierde su capacidad de soporte. Si el cierre hubiese estado mal construido no hubiera durado 14 años", aseguró el ingeniero.

Sin notificación

Hasta ahora Gama no recibió ningún tipo de notificación oficial por parte de la universidad. "Es muy curioso que tan sólo una hora después del derrumbe ya se habían cortado los hierros y se había limpiado todo", dijo. Garber apuntó que eso impidió que la constructora pudiera hacer su propio peritaje.

Asuntos Jurídicos está llevando a cabo un sumario administrativo para determinar responsabilidades. Allí se decidirá si se trató de un problema en la ejecución de la obra, falta de mantenimiento o una modificación de la estructura original que pudo agregarle peso al techo.