El donante debe fallecer en la unidad de terapia intensiva de un hospital o de un sanatorio, porque sólo así su cuerpo podrá mantenerse artificialmente hasta que se produzca la ablación.
Salvo en el caso de las córneas -que pueden extraerse en el domicilio- los familiares deben comunicarse rápidamente con el Organismo de Procuración Regional (en Tucumán, el Cucaituc).
Cualquiera puede ser donante, pero los médicos determinan qué órganos y tejidos pueden ser usados para un trasplante. Los familiares tienen que dar su consentimiento.
Los órganos que se trasplantan en Argentina son: corazón, riñón, hígado, pulmón, páncreas e intestino. Además, córneas, piel, células y huesos. Hay un banco de huesos en Tucumán.
Por ley, todo ciudadano se considera donante a menos que declare su intención de no serlo. La renuencia familiar descendió de valores superiores al 40% a un 35 %.
Se puede manifestar en forma expresa la voluntad de donar órganos en el DNI, en las oficinas del Registro Civil de todo el país, y en la Asistencia Pública de la Municipalidad capitalina.
Los requisitos son presentar DNI, Cédula o Pasaporte y ser mayor de 18 años. La expresión afirmativa o negativa puede ser revocada en cualquier momento por el manifestante.
Ante la falta de donante cadavérico se puede apelar a un donante vivo para trasplantes de hígado y riñón, pero sólo en casos extremos, y donante y trasplantado deben ser familiares.
Los órganos se extraen mediante una operación, denominada ablación, que no modifica en absoluto el aspecto externo de la persona fallecida. Este es un tema sobre el que suele consultar la familia.