TOKIO.- Ingenieros japoneses trabajaban ayer contrarreloj para restaurar la red principal de energía en la planta nuclear de Fukushima. El objetivo es empezar a bombear el agua necesaria para enfriar las barras de combustible y evitar una catástrofe.

Las autoridades no dijeron cuándo podrán terminar de instalar un cable de electricidad de 1,5 kilómetro, pero indicaron que las tareas se detendrán hoy por la mañana para permitir que los helicópteros militares y los camiones de bomberos vuelvan a rociar la planta.

"Los trabajos preparatorios hasta ahora no han progresado al ritmo que esperábamos", admitió un ejecutivo de Tokyo Electric Power Company (Tepco), la empresa que opera la central. Añadió que la ola de frío que azota el país está dificultando aún más los trabajos.

De todos modos, aclararon que la radiación descendió cerca de 20 puntos en la central nuclear. Aseguraron que esto se logró gracias al agua que se arrojó desde helicópteros sobre los reactores, especialmente el número 3, el único que contiene plutonio (material mucho más nocivo que el uranio).

Washington y otros países expresaron su alarma por la radiación que está emitiendo la planta. Estos fenómenos desataron una serie de destructivas explosiones que han comprometido los reactores nucleares y las piscinas de almacenamiento de combustible.

Yukiya Amano, director general de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) con sede en Viena, tenía previsto llegar a Japón hoy junto a un equipo internacional de expertos. Amano se quejó a las autoridades japonesas por la falta de información clara y precisa. Graham Andrew, su asesor principal, dijo que la situación en la planta es grave, pero razonablemente estable. "La situación continúa siendo muy grave, pero no ha empeorado significativamente", indicó.

Aunque Tepco logre restablecer la energía, no se sabe si funcionarán las bombas debido a que pudieron ser afectadas por el terremoto o por las explosiones. La máxima autoridad nuclear de Estados Unidos estimó que la piscina de refrigeración para las barras de combustible gastado del reactor 4 podría haberse quedado sin agua, y que otra tiene filtraciones.

Gregory Jaczko, director de la Comisión Nuclear Regulatoria, afirmó que los niveles de radiación alrededor de la piscina son extremadamente altos, lo que supone un riesgo mortal para los trabajadores que aún están en la planta. "Sería muy difícil para los trabajadores de emergencia llegar a los reactores -afirmó-. Las dosis que podrían experimentar serían potencialmente mortales en un período de tiempo corto". (Reuter-Especial)