TOKIO.- La llegada de un frente frío y la nieve agudizaron ayer la situación de las víctimas del terremoto en el nordeste de Japón, y las fuerzas de rescate perdieron ya las esperanzas de encontrar gente con vida entre los escombros, y porque no pueden actuar sobre zonas aún inundadas.

En tanto, los niveles de radiación en el país seguían siendo ayer muy preocupantes tras las explosiones y los incendios en la central de Fukushima, pero no hubo ningún indicio de que la gente que está lejos de la planta nuclear haya estado expuesta a cantidades perjudiciales.

En Tokio se midieron cantidades poco significativas de radiación que no representan ningún peligro. Sin embargo, se detectó que por tierra y por mar se produjo un éxodo de japoneses ante la posibilidad de una crisis atómica. En el aeropuerto de Haneda, en Tokio, fue incesante el movimiento, al igual que en las terminales de trenes, que realizan el servicio pero con horarios inusuales y discontinuos.

El gobierno, la Organización Mundial de la Salud y la Cruz Roja insisten en que no hay contaminación radiactiva, pero la escasez de combustible, de alimentos y de remedios en muchas localidades, sumado a los cortes o falta de electricidad (para calefacción), dificulta la supervivencia tanto en la capital como en las zonas devastadas por el terremoto y el tsunami.

Ayer, las temperaturas habían caído claramente bajo cero y por momentos la nieve caía intensamente. En las prefecturas de Miyagi y Fukushima soplaron vientos leves en dirección este, llevando las partículas radiactivas hacia el Pacífico.

Además, se registró a primera hora de la tarde una nueva réplica del terremoto de grado 6 en la escala de Richter, específicamente en Kanto, Tokio.

En las provincias costeras de Miyagi y Iwate las sobrevivientes luchan día a día por su subsistencia. "Las personas sencillamente no tienen ni tiempo ni fuerzas para seguir permanentemente las noticias. Están demasiado ocupadas en mantenerse calientes, tener alimento suficiente y estar seguros", relató el corresponsal de DPA, Lars Nicolaysen, durante una recorrido por aquellas localidades devastadas. "La prioridad es ahora mismo la supervivencia diaria".

Más evacuados

Por su lado, el gabinete japonés aprobó el plan por el cual los reservistas del Ejército serán enviados a las zonas afectadas por el terremoto. El gobierno también se manifestó a favor de la colaboración de médicos extranjeros en las zonas en crisis.

En Tokio y alrededores, donde viven unos 35 millones de personas, los cortes en el suministro eléctrico son constantes. Las tiendas cierran antes de tiempo y, al caer la noche, el centro de la ciudad queda prácticamente a oscuras. En algunos supermercados los artículos de primera necedidad comenzaron a escasear, por la deficiencia de la logística.

Dentro de este panorama, en las primeras horas de hoy trascendió que el Gobierno de Japón ampliará el radio de evacuación alrededor de la central atómica Fukushima I.

Debido al peligro nivel de radiación, otras 28.000 habitantes deberán abandonar hoy sus casas. Los refugios de emergencia en la región están sobrepasados en su capacidad, por eso muchas personas están siendo albergadas ahora también en las prefecturas (provincias) cercanas. (DPA-Reuters)