El abrazo de sus tres hijos se sintió como el primero para Franco Carrizo, un tucumano que ayer logró regresar de Japón luego de haber vivido en carne propia el terror del catastrófico terremoto. "Si hay algo que me dejó esta experiencia vivida es que tenemos que aprender a vivir cada minuto más cerca de la familia y de los seres queridos, ya que nunca sabemos qué nos puede pasar", dijo. Franco había viajado a Tokio para ser distinguido por su excepcional desempeño en el trabajo.

En Japón, en tanto, los niveles de radiación crecen peligrosamente, mientras las autoridades no logran hacer cesar los incendios en los reactores.