VIENA, Austria.- El director general del organismo supervisor nuclear de la ONU, Yukiya Amano, aseguró que el poderoso sismo y posterior tsunami que sufrió Japón sacudieron e inundaron plantas de energía nuclear, pero que los contenedores de los reactores permanecían intactos y la emisión radiactiva era limitada.

El gobierno de Japón pidió al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OEIA) que envíe una misión de expertos por los accidentes en las plantas nucleares.

La planta nuclear quedó dañada luego de una explosión de hidrógeno en un reactor y de una exposición a barras de combustible en otro, días después de la catástrofe natural que dejó al menos 5.000 muertos.

"Las autoridades japonesas están bajo circunstancias extremadamente difíciles para estabilizar las plantas de energía nuclear y garantizar la seguridad", señaló Amano en un comunicado a estados miembros de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena.

Otro experto de la OIEA, James Lyon, descartó que en los reactores nucleares japoneses afectados por el terremoto se haya producido hasta ahora una fusión de núcleo.

"No tenemos ninguna información de que ardan en este momento barras de combustible", dijo Lyon desde Viena. La situación, sin embargo, es dinámica y no puede ser analizada de forma definitiva.

"Las plantas nucleares han sido sacudidas y quedaron inundadas y sin energía. Los operadores han sufrido tragedias personales", agregó. Pero "los contenedores del reactor han resistido y la emisión radioactiva es limitada", explicó.

El complejo nuclear Fukushima, ubicado a 240 kilómetros al norte de Tokio, ya ha sufrido explosiones en dos de sus reactores el sábado y hoy, que provocaron densas columnas de humo sobre la planta.

El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernóbil en 1986, provocó críticas de que las autoridades estaban mal preparadas para un terremoto tan potente y para la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.

El operador de la planta, Tokyo Electric Power Co, dijo que las barras de combustible en el reactor número dos habían quedado totalmente expuestas, lo que podría provocar su derretimiento.

Previamente hubo derretimientos parciales de las barras de combustible en los reactores uno y tres, donde ocurrieron las explosiones, y un ejecutivo de TEPCO describió la situación en el reactor número dos como peor que en las otras unidades.

El temor es que si las barras de combustible no se enfrían podrían derretir el contenedor que alberga el núcleo, o incluso explotar, lanzando material radiactivo a la atmósfera.

Pero funcionarios dijeron que las gruesas paredes alrededor de los núcleos radioactivos de los reactores dañados parecían intactas luego de la anterior explosión de hidrógeno, algo que fue confirmado por Amano. (DPA-Reuters)