El frío siempre complica las cosas, decía Cortázar. En este caso, habría que sumarle la lluvia, los disturbios y los fallos del árbitro Fernando Echenique y de sus asistentes. En una tarde de tormenta, fue 2 a 1 para Rafaela. San Martín comenzó ganando con un gol de Miguel Fernández; la "crema" lo empató y dio vuelta cuando faltaban tres minutos para el final.
El equipo de Carlos Trullet comenzó dominando la situación, con apariciones esporádicas del enganche Alexis Castro, mientras César Carignano buscaba con insistencia por el frente de ataque. El equipo santafesino jugaba bien, pero le faltaba precisión en los últimos metros. Sin desesperarse, San Martín comenzó a construir su juego, con Daniel Pereira firme en el medio y el enganche Emanuel Centurión intentando abastecer a los delanteros.
Al cabo del primer tiempo, Rafaela generó situaciones claras que convirtieron a Julio López en la figura. Pero San Martín también hizo lo suyo: Fernández casi aprovechó un error bobo del arquero Sara y cuando intentó conectar, Bovaglio tocó la pelota con la mano y el árbitro no cobró nada. Unos minutos después y luego de una gran jugada de Centurión, el "Ratón" marcó un gol que el juez tampoco sancionó. La TV marcó que el delantero estaba habilitado.
En el complemento Rafaela volvió a tomar las riendas del partido con dos situaciones claras en los primeros 5?. Pero a los 9?, luego de un centro por izquierda, Fernández tomó un rebote y puso en ventaja a San Martín. Luego el visitante manejó la pelota con criterio. El técnico dispuso el ingreso de Oviedo para tener el balón y aguantar. Rafaela estaba desesperado.
A los 31?, Lucas Bovaglio logró la igualdad luego de un centro por izquierda. Y a los 42? Carignano puso en ventaja al local. Luego del gol, los jugadores "santos" reclamaron posición adelantada, el partido estuvo parado 10 minutos y un policía le partió la cabeza a Ledesma de un bastonazo.
San Martín pudo haber ganado, en un partido que jugó bien y de igual a igual. Se quedó sin nada por méritos del local y, en buena medida, por culpa del árbitro.