Cualquier transeúnte pensaría que en esa casa no vive nadie. En el portón de chapa del garage se puede leer "empanadas", "milanesas", "hamburguesas" y "tamales". Pero parecería ser que el bar dejó de funcionar hace un tiempo. La puerta permanece con llave y la ventana está cerrada de par en par. Un viejo Renault 12 permanece estacionado en la vereda. El periodista golpea las manos, en el interior del domicilio se escuchan unos pasos que se aproximan. La hermana de Luis Piccinetti abre el pequeño portón de chapa.
"Ah, ya sé, te conozco. Sos el mismo de ayer", dice entre resoplidos cuando identifica al cronista del diario que pregunta desde la calle. "No sabemos nada de Luis, no tenemos idea de dónde podría estar, ni hablamos por teléfono con él", aseguró. Luego procedió a despedirse respetuosamente e ingresó de nuevo a su domicilio, ubicado en Tafí Viejo.
Roberto Flores, abogado defensor del acusado prófugo de la Justicia, aseguró que su defendido le envió una carta a su familia pero que desconocía el contenido de la misma. Aunque luego trascendió que en la misiva, el masajista a domicilio explicaba el porqué de su ausencia en el penal de Tribunales.
Nuevamente, los vecinos se abstuvieron a hablar del caso. En la cuadra reina el silencio. Según la Policía, su familia dice que Piccinetti se fue de pesca el sábado, otros vecinos aseguran haberlo visto en el barrio el domingo.