La novena jornada del debate oral continuó esta tarde con las declaraciones de un matrimonio que vivía en la casa contigua a la del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, asesinado el 26 de noviembre de 2004. Ambos coincidieron en haber escuchado esa noche el llanto desesperado de una mujer al otro lado del muro. 
La primera en sentarse frente a los jueces fue Cecilia Courel de Mazzeo, quien señaló que entre las 17 y las 18 del día del crimen escuchó "ruidos como de cohetes o de aire comprimido" provenientes de la vivienda del magistrado. Admitió que en ese momento no le llamaron la atención y agregó que, más tarde, oyó a una mujer llorar en el jardín lindero.
Por su parte, su marido, Miguel Mazzeo, recordó que esa noche volvía de comprar cigarrillos cuando vio gente que intentaba entrar a la casa de Aráoz. Luego, ya en su propia vivienda, oyó el llanto de una mujer que gritaba "¿dónde estabas vos?, ¿dónde estabas vos?". Entonces, salió a la vereda y preguntó a la gente que allí estaba qué había pasado. "Me contestaron 'no sabemos si hay alguien muerto'. Además, había una chica rubia en una camioneta", describió.
Esta mañana, Agustín Aráoz Terán, el hijo mayor del juez, aseguró hoy que el homicidio de su padre fue una "masacre". El último de los familiares del magistrado que lo vio con vida dijo también que, mientras se digía con su madre y su hermana a la casa de Araóz, "iban rezando para encontrarlo con vida". 
Al ser consultado por los abogados, el muchacho reiteró que se acercó a la camioneta en la que se encontraba Ema Gómez luego de que Andrés Fabersani le dijera que ella había matado al magistrado. "Le pregunté qué había pasado, pero no me respondió nada. Lloraba nada más. Estaba en una crisis", respondió.
Cuando promediaba la indagatoria, el presidente del tribunal, Pedro Roldán Vázquez, dispuso que se suspendiera el interrogatorio. "El testigo no puede seguir en estas condiciones", expresó, en referencia a Aráoz Terán. El abogado de la familia, Dante Ibáñez, le explicó a LA GACETA que, tras el crimen, el joven padece problemas crónicos de insomnio y que se encuentra muy afectado por el debate.
Según la hipótesis del fiscal de Instrucción, Guillermo Herrera, los ex policías asesinaron a Aráoz de nueve disparos en su casa de avenida Aconquija 2.950. El funcionario judicial sostiene que Gómez mantenía relaciones paralelas con Aráoz y con Pérez, y que un conflicto sentimental motivó el crimen.
Tres policías que trabajaban en la comisaría de La Banda del Río Salí, Rodolfo Domínguez, Rubén Albornoz y Fabersani están acusados de encubrir el hecho, pues atravesaron tres ciudades hasta llegar al lugar sin notificar específicamente sobre lo ocurrido. LA GACETA ©