"Cuando escucho las sirenas de una ambulancia, o veo un taxi igual al que chocó, a mi hijo y a mi ex mujer, no puedo contener las lágrimas. Es terrible lo que estoy viviendo, todo me recuerda a esa mañana". A un año del accidente que les costó las vidas a su hijo, Julio Ramón Reyes y a su ex mujer, María Inés Norri, no encuentra consuelo. Pero en medio del infierno que vive, quiere ayudar a prevenir nuevos casos.

El 15 de febrero de 2010, su hijo y su ex pareja, subieron al taxi que manejaba Manuel Benito Andrada para ir a su trabajo. Pero la muerte se cruzó en su camino. Una camioneta que conducía Gonzalo S., entonces menor de edad, los chocó en la intersección de avenida Roca y Juan B. Terán y truncó todos sus sueños. Los tres ocupantes del taxi perdieron la vida y una daga se incrustó en el corazón de Julio.

"Dios quiera que mi sufrimiento sirva para concientizar a los padres. Que piensen dos veces antes de darle un vehículo a un menor", dijo. Pero el hombre no guarda rencor en su corazón. "Tengo un gran dolor por lo que le pasó a mi hijo y a mi ex mujer, pero no soy un hombre rencoroso. Ayer hablé con el padre de Gonzalo, y sé que él también sufre por esta situación. Es una buena persona y se comprometió a ayudarme", explicó.

Reyes intenta salir adelante a pesar de lo vivido. "Tengo que ser fuerte, por mis otros hijos y por mis nietos", finalizó