"Esto es lo mejor que me pasó en mi vida. Las cosas que conocí y las que aprendí me ayudarán muchísimo", explica Víctor Isaac Acosta, futbolista concepcionense que hoy desparrama su talento en Daegu FC, un equipo de la primera división de Corea del Sur. Si, no leyó mal, este joven de 24 años, es el único argentino que se encuentra jugando en ese país asiático.
"Estoy en Daegu, la cuarta ciudad más importante de un país que es del primer mundo. Debo reconocer que cuando llegué, me pregunté que hacía acá. Con el correr de lo días comprobé que estaba equivocado. Me encontré con un estado muy avanzado tecnológicamente, que impresiona con su limpieza y organización", destacó.
- ¿Cómo llegó a este club?
- Estaba en Buenos Aires y una persona me vio jugar. Presentó una propuesta al grupo de empresarios que me maneja mi pase. Nos pareció interesante y hace ocho meses que disfruto de esta experiencia.
- ¿Qué pasó cuando pisó suelo coreano?
- había gente esperándome en el aeropuerto. Después me presentaron ante los medios y me hicieron firmar el contrato. Los primeros días estuve en un hotel, pero después me acomodaron en un departamento con todos los lujos.
- ¿Cuál es su rutina diaria en Corea?
- Durísima. Se entrena mucho y abundan los entrenamientos en doble turno. En un día normal me levantó a las 9.30. El plantel se junta en un lugar y nos llevan en micro a entrenar a uno de los cuatro complejos que tiene el club. Después de la práctica, tenemos un tiempo para ir al sauna o recibir masajes, antes de almorzar en el restaurante del club.
- ¿Cómo es la comida?
- Bastante picante. No existen los hidratos de carbono, pero en la dieta hay mucho pescado y también carne. El arroz se lo come como si fuese pan. En la mesa tenés hasta 40 variantes para desgustar. Debo reconocer que me llevó tiempo aprender a comer con palitos.
- ¿Qué tal es jugar en Corea?
- En nuestro estadio se disputó la semifinal del Mundial entre Brasil y Turquía. Tiene todas las comodidades y el lujo que uno se pueda imaginar. Las tribunas no tienen el mismo calor que las de nuestro país, pero ellos a su manera muestran su pasión. Cantan, pero no entiendo nada, no se si me están felicitando o insultados. Por las dudas, siempre sonrió.
- ¿Entonces se debe sentir muy sólo?
- No. Por suerte tengo una gran relación con Leo, un brasileño que viene de jugar en Palmeiras. Nos hicimos muy compinches y hablamos largo y tendido. El idioma coreano es una complicación, pero por suerte todos hablan en inglés y así entiendo y me hago entender.
- ¿Cuál crees que será su futuro?
- Seguir en el club, donde tengo contrato hasta junio. Acepté la propuestas porque económicamente me convenía. Ahora estoy tratando de conseguir el pasaporte extracomunitario para poder radicarme en Europa. Tres meses antes de llegar a Corea, tuve la chance de estar allí. Mi sueño, después de haber tenido esta experiencia, es jugar en el fútbol italiano.