Tan lejos de sus países no hay nada como encontrarse con rostros conocidos, que les permitan "desenchufarse" un poco y hacer más llevadera una carrera extenuante. Eso, por lo menos, deben sentir el sudafricano Irin Stevenson y el esloveno Miram Stanovnik, ya que al llegar a Tucumán tenían hinchada propia.
John Pollock, y otros cuatro sudafricanos siguen a Stevenson. Están en Argentina desde el 30 de diciembre y, como pueden, intentan no perder de vista la moto con el número 102 que maneja su amigo. De Tucumán pasarán por los Valles y luego partirán hacia Jujuy. En inglés, y sin soltar la bandera sudafricana, Pollock contó que es la primera vez que se sumerge en una aventura como esta, pero que hasta ahora está tan encantado que ya está pensando en repetirla el próximo año. El 18 de enero volverá a su país. "Podré contar cómo es correr un Dakar desde afuera", destacó.
Parado sobre la avenida Wenceslao Posse está Arno Tanita. De nacionalidad eslovena, acompañado por su pareja y con una gran galera con los colores de la bandera de su país, recorren el circuito siguiendo a la moto 24 conducida por su amigo Stanovnik. Llegaron al país el 26 de diciembre y una pulsera del club Belgrano, de Córdoba, delata que anduvo por esa provincia.
"La gente es muy buena, muy amable y muy calurosa. Son buenas personas", le comentó Tanita a LA GACETA. Ellos persiguen un objetivo profesional, ya que al volver a Eslovenia, el 22 de enero, publicarán un libro con la Hoja de Ruta de la competencia. "Cómo es seguir un Dakar", será el título y, por supuesto, Tucumán estará incluido.