Tres de cada 10 familias consultadas no vive en una vivienda propia y el déficit habitacional creció 6 puntos porcentuales en los últimos 10 años, de acuerdo con el último informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

Según Idesa, aunque en los últimos años el crecimiento en la actividad económica y sobre todo en el gasto público fue muy intenso, algunos errores de estrategia llevaron a que no se avance en la resolución de las cuestiones sociales, como la vivienda. En ese sentido, señaló que para eliminar los fuertes déficits de vivienda es imprescindible recomponer el mercado de créditos a largo plazo y enfocar el gasto público hacia las familias de más bajos ingresos.

Idesa, no obstante, señaló que el problema de la vivienda es crónico en la Argentina.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), estudio público que cubre a los principales centros urbanos, en 2000, el 76% de los jefes de familia declaraba ser dueño de la vivienda que habitaba junto con su esposa e hijos, pero en 2010 esa proporción bajó al 70%.

En las mismas fechas los hogares que declaran alquilar aumentan de un 16% a un 18%. La proporción de familias que declaran otra forma de tenencia aumentan en un 50%, ya que pasan de un 8% a un 12% entre 2000 y 2010.

Impericia

"La toma de terrenos públicos pone en evidencia las consecuencias de la impericia en la gestión pública y la voracidad del oportunismo político y de la corrupción. Pero indudablemente tiene como trasfondo problemas sociales masivos e intensos", reseña Idesa. En el informe, sostiene que la masiva ocupación de espacios públicos por parte de familias en estado de alta vulnerabilidad social es un fenómeno que merece varias lecturas, ya que, por un lado, pone en evidencia la ineficacia de los sistemas de seguridad, que se mueven en un péndulo entre la pasiva inacción y la represión violenta.; y por otro, testimonia las facetas más patéticas del oportunismo y la corrupción que cobija el sistema político. "Pero, lo más importante, es que constituyen una manifestación de la extensión e intensidad de los problemas sociales. Se trata de fenómenos muy complejos que responden a una multiplicidad de factores causales. En este caso concreto se exteriorizan a través de familias -muchas de ellas migrantes internos-, que frente a la realidad que viven y la desesperanza sobre su futuro están dispuestas a sumarse a la aventura de incursionar en la ilegalidad y a los riesgos de asentarse en terrenos que no son de su propiedad", dice el informe.

Finalmente, la entidad destaca que llama la atención que la continuidad y la profundización de este problema social se de en el marco de un proceso de bonanza económica. "En los últimos años, la Argentina viene disfrutando un contexto inéditamente favorable que ha motorizado un fuerte crecimiento en la economía", enfatiza Idesa.