Assange se definió en cierta ocasión como el corazón y el alma de Wikileaks. Después de que la policía británica lo detuvo ayer al australiano, dejándolo por ahora fuera de circulación, la pregunta que surge es: ¿podrá seguir la plataforma de revelaciones de secretos sin él? ¿Y es Assange tan importante como él mismo sostiene? Sus compañeros anunciaron enseguida en Twitter que seguirán publicando cables secretos aun cuando no esté Assange, dejando en claro que Wikileaks no es "una única persona". Se desconoce si su jefe regresará a su puesto. Afronta graves acusaciones, pero no por publicar documentos secretos.
El propio Assange se considera insustituible. Es, por lo pronto, en la organización, su fundador, su portavoz y programador aparte de muchas cosas más. "Si tienes un problema conmigo, lárgate". Eso fue lo que le respondió a un activista escandinavo que osó criticarle en un chat. Y se califica como el "pararrayos", que detiene todos los ataques contra la organización.
Wikileaks ha sido y es un proyecto con muchos activistas. Algunos, desencantados con el estilo autoritario de Assange, como el ex portavoz Daniel Domscheit-Berg, abandonaron el proyecto. Entonces, Wikileaks tendrá que ver cómo procede y funciona "sin su cerebro". La infraestructura técnica se vio perjudicada por la detención. En lo económico, a Wikileaks le va bien; las revelaciones de los últimos meses contribuyeron a la llegada de donaciones, lo que les permitiría seguir funcionando durante más de un mes. Sólo en la Fundación Wau Holland ingresaron desde octubre de 2009 unos 800.000 euros, afirmó el titular Winfried Motzkus. Wikileaks tiene un presupuesto anual de U$S 200.000.