MUY BUENA

Puede resultarle raro al espectador encontrar un debate de ideas dentro de una película que parece lo que hace algunas décadas se identificaba como "una de romanos". A pesar de que el director Alejandro Amenábar ("Los otros", "Mar adentro") se preocupa por deslumbrar al espectador con una reconstrucción de época impresionante y de cuidar la realización de las escenas de acción, lo más interesante de esta película está en el conflicto entre la razón y la fe religiosa. El filme se centra en el personaje de Hipatia, una mujer que concreta una verdadera revolución en su época al discutir temas filosóficos de igual a igual con sus colegas y sus estudiantes, todos varones. Preocupada por desentrañar el secreto del movimiento y la trayectoria de los cuerpos celestes, esta astrónoma y matemática no advierte que el fanatismo religioso que la rodea va tomando un cariz violento, al punto que los enfrentamientos entre paganos, cristianos y judíos pronto dejan de ser verbales y comienzan a dirimirse a piedrazos. Hipatia, amada por dos de sus discípulos y también por uno de sus esclavos, sólo tiene tiempo para sus estudios, que lleva a cabo en la legendaria biblioteca de Alejandría; le tocará verla devastada y reducida a cenizas por la acción de una horda vociferante que no deja nada en pie.

La bella Rachel Weisz da el tono justo a su personaje, y alcanza un equilibrio que no logra el resto de elenco (con la excepción de Michael Lonsdale, el padre de la protagonista) a la hora de darle consistencia a los discursos conceptuales que abundan en el guión. Amenábar alterna las escenas en las que los personajes confrontan ideas con cuadros de acción enmarcados en una soberbia ambientación; logra de esa manera redondear una propuesta atractiva, con buen ritmo narrativo y gran despliegue visual que, además, deja bastante material para el debate posterior. Es que la lucha entre quienes no pueden dudar de lo que creen y los que dudan metódicamente para poder avanzar en el conocimiento es tan vieja como el mundo.