Falta de estímulo.- Las causas de la distracción pueden estar dentro o fuera del estudiante. La clave está en detectarlas y tratar de solucionarlas. Algunos de los enemigos de la concentración son la falta de estimulación e interés por las tareas, el hecho de que resulten demasiado fáciles o que por el contrario sean muy difíciles.

El agotamiento fisico- Es importante descansar bien. Dormir ocho horas, en lo posible, y hacer un corte a la siesta de, por lo menos, quince minutos, es lo ideal.

Demasiado cómodo.- Sentirse plácidamente acostado en una cama o en un sillón en nada contribuye a la concentración mental. Otros elementos que llevan a la distracción son el televisor, el equipo de música, el celular sonando a cada minuto y otros estímulos.

Cansancio intelectual.- A causa de la excesiva dedicación y esfuerzo, tras muchas horas sin descansar lo suficiente los ojos tienden a cerrarse, y el sueño aparece sin remedio.

Desborde.- ·La sobresaturación de tareas, no sólo por la cantidad sino también por su grado de dificultad, provoca en el estudiante un sentimiento de sentirse desbordado e impotente. Ante este cuadro de cosas puede venir el desaliento y, acto seguido, el abandono. Es mejor acotar el trabajo al esfuerzo y al tiempo con que se cuenta.

Mala distribución del tiempo.- Hay temas que precisan más tiempo y esfuerzo que otros. Si no se hace una adecuada y racional distribución de tiempo se provocará todo tipo distracción.