Fue un mensaje simple. A las 20.30 se transmitieron las palabras que había grabado tres horas antes. Al borde del llanto, la Presidenta agradeció tanto afecto recibido en lo que ella denomina "el dolor más grande que he tenido". Advirtió que siente una gran responsabilidad: "la de hacer memoria y hacer honor a su Gobierno que transformó y cambió el país". Con emoción descartó las especulaciones que surgieron desde que la vieron llegar a la Casa Rosada totalmente vestida de negro. Por la mañana tuvo contactos con funcionarios del área económica y por la tarde recibió a nuevos embajadores. La oposición habla de la necesidad de cambios; Cristina, en tanto, ratificó implícitamente el rumbo.