"Twitter es un mecanismo de comunicación. Como tal, puede ser usado mal o bien. Los gobernantes argentinos creen que es una buena herramienta para insultar", responde Joaquín Morales Solá, cuando se le pregunta sobre el uso de la red social top en el mundillo de la política.
Entre quienes recurren a Twitter están la presidenta, Cristina de Kirchner, y Aníbal Fernández, y los dos funcionarios utilizan la red social para refutar con vehemencia a sus contrincantes en apenas 140 caracteres. Por eso, dice Morales Solá que los políticos que usan Twitter para esos fines cometen "dos errores al mismo tiempo". "Uno: degrada un mecanismo nuevo y, por lo tanto, sensible a las deformaciones. Y dos: el insulto no puede ser nunca la forma de comunicarse de los gobernantes de ningún país", afirma, en una entrevista con LA GACETA, previa a su visita a Tucumán. Y enfatiza: "La culpa no es de Twitter, sino de los dirigentes argentinos. La relación del poder político con los medios periodísticos independientes atraviesa el peor momento desde 1983".
De ese tema, entre otros "escenarios políticos y electorales de la Argentina hablará hoy Morales Solá en Tucumán. El periodista disertará a las 20.30 en el Virla, en el marco del ciclo de conferencias de LA GACETA.
Trayectoria
Nacido en Tucumán, Morales Solá se inició en el periodismo en LA GACETA, cuando tenía 16 años. Entre 1975 y 1990 se desempeñó en el diario "Clarín", en el cual fue, sucesivamente, jefe de la sección Política y segundo jefe de Redacción. En la actualidad es columnista político del diario "La Nación" y conductor del programa televisivo "Desde el llano", que se emite por el canal de cable Todo Noticias.
Autor de "Asalto a la ilusión" y "El sueño eterno", coautor con Carlos "Chacho" Alvarez de "Sin excusas" (entre otros títulos), es miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo. Por su trayectoria periodística ha sido condecorado con la Orden al mérito de la República Italiana; con la Orden de Isabel la Católica (otorgada por el Rey Juan Carlos); con la Orden al Mérito de la República Francesa y con la Orden de Río Branco (que otorga el gobierno de Brasil).