En Argentina los autos eléctricos son algo prácticamente inalcanzable. En primer lugar nadie los fabrica y, por último, los precios de venta e importación son extremadamente elevados. Es por esto que Ricardo Berizzo, un ingeniero de la Rosario, se decidió a fabricar uno "casero", con un costo que no superó los U$S 6.000.
El rodado, bautizado como VER (Vehículo Eléctrico Rosarino), pude circular por las calles rosarinas gracias a un permiso municipal que permite y alienta el desarrollo de autos experimentales. 
Utilizado casi exclusivamente para ir al trabajo, es capaz de recorrer poco más de 30 kilómetros con las baterías que posee en su interior. Sin embargo, puede ser modificado con una pequeña inversión, aumentando su autonomía.
Para cargarlo sólo hace falta enchufarlo a la toma de corriente de cualquier casa y en seis horas ya estará listo. El costo en esta instancia es similar al de un secador de cabello o una plancha para ropa (1000 watts), contabilizando un total de 3 centavos de dólar por kilowatt-hora, es decir, 30 kilómetros con U$S 0,18 o 72 centavos argentinos.
Berizzo explica que la elección del modelo, en este caso un Fiat 147 de 1983, fue hecha por una cuestión de peso, algo importante ya que el motor eléctrico utilizado no tiene demasiada potencia, sumado a los 170 kilogramos de baterías de plomo que proveen la electricidad al automóvil.
Según su creador, la ecología puede estar tranquila con este automotor, ya que no utiliza combustible, lo que significa también un gran alivio para el bolsillo de los conductores. LA GACETA ©