NUEVA YORK.- Jerry Lee Lewis es uno de los rockeros más salvajes, pero también uno de los más miedosos. De adolescente huyó cuando debió interpretar el himno "My God is real" en el instituto bíblico de Waxahachie (Texas). Ahí terminó su incipiente carrera de organista o ministro. Y lo que es peor: desde entonces, el pianista y cantante afirma, según colegas, que su música condena al infierno tanto a él como a su público. Condenado a ese infierno, Jerry cumplirá hoy 75 años.

Está considerado uno de los cuatro reyes del rock 'n roll, junto a Elvis Presley, Chuck Berry y Little Rochard. "Elvis fue el más grande, pero yo fui el mejor", solía decir Lewis. El rock de Jery es una mezcla salvaje de jazz, country, R&B y boogie. Fue uno de los primeros que consiguió entrar al Salón de la Fama del Rock, y en 2008 siguió el Hit Parade Hall of Fame. La revista "Rolling Stone" lo situó en el número 24 de su lista de los "100 mayores artistas de todos los tiempos".

En actividad

A comienzos de este mes, Lewis presentó un nuevo álbum. Con "Mean old man" pone de manifiesto que puede seguir aporreando el piano como lo hacía en los años 50. Entonces tocaba por un par de peniques en los humeantes bares de Ferriday y Natchez, en el estado sureño de Mississippi. Ya entonces lo llamaban "Killer" (asesino), un apodo que al parecer le había puesto su devota madre. Y a lo largo de los años Lewis hizo honor al apelativo.

Pocas vidas de rockeros están tan marcadas por las drogas, la violencia, el sexo, las deudas y la muerte como la de Jerry Lee Lewis, hijo de un fundamentalista cristiano. Es famoso por cancelar conciertos en el último minuto y ha pagado tantas multas como ningún otro. Si no le agrada el ambiente de un concierto, al cabo de media hora deja de tocar, pero si está de buen humor puede hacerlo tres horas sin pausa.

También se lo conoce por tocar de pie, sentarse sobre el piano o incluso ponerse de pie encima de él. En este sentido destaca su tema "Whole lotta shakin going on", que también puede ser el lema de su vida. En varios conciertos en directo Lewis quemó el piano tras la actuación.

Excesos y tragedias

Tampoco su vida privada fue más tranquila que sobre los escenarios. Pasó por seis matrimonios, el primero a los 16 años. Con la mayoría de edad fue padre, pero ya con su segunda mujer. Su tercer matrimonio casi acaba con su carrera profesional: tenía 22 años y se casó con su prima segunda Myra Gale Brwon, de 13. Y en Estados Unidos el asunto no cayó para nada bien.

Durante una gira por el Reino Unido un periodista insistió en el tema: Lewis debió enfrentarse a una tormenta de indignación y hacer las maletas. Y tras su matrimonio con Myra, nunca logró situarse entre el "top 20" de las listas estadounidenses.

Su hijo de aquel matrimonio se ahogó en una piscina en 1962, cuando tenía tres años. Y lo mismo le sucedió a su esposa número cuatro. Su hijo de 19 años murió en 1973 en un accidente de tráfico y su quinta mujer falleció en 1986, de sobredosis de heroína. La vida de Lewis fue llevada al cine en 1986 (ver nota aparte).

En su último disco, "Mean old man", colabora entre otros con Mick Jagger, Keith Richards, Tim McGraw, Willie Nelson, Robbie Robertson y Sheryl Crow. Y en el anterior, "Last man standing" (2006), habían participado nada menos que Bruce Springsteen, Neil Young, Toby Keith, Kid Rock, Rod Stewart y Eric Clapton, entre otros. (DPA-Especial)