El debate sobre el abastecimiento de papel para diarios, a raíz de una decisión política del Gobierno nacional, ha sido instalado como un asunto prioritario en la agenda pública de la Argentina. Prueba de ello es el montaje de foros regionales con el objetivo de difundir las metas esbozadas por la Presidenta de la Nación.

El papel es el insumo básico de la industria editorial. Es por ello que cualquier diagnóstico que se haga sobre las posibilidades existentes en el mercado para acceder a ese recurso requiere de un análisis profundo y de un rigor técnico claro y objetivo, ajeno a cualquier disputa política o de intereses, ya que sólo se trata de bregar por un libre acceso al papel, en un marco de respeto irrestricto a la libertad de expresión.

Yendo al fondo de la cuestión que se planteó ayer en Tucumán, cabe recordar que LA GACETA es un matutino que cimentó su prestigio, entre otras cosas, por su independencia editorial frente a los gobiernos de turno, así como por el volumen de su tiraje. Ante la polémica suscitada en torno a la legitimidad de la compra de la mayoría accionaria de Papel Prensa por los diarios Clarín y La Nación a los familiares de David Graiver, el diario no emitirá prejuzgamiento alguno. Entiende que el Poder Judicial es a quien corresponde dilucidar la situación, como ordena la estructura republicana de Gobierno.

Conforme se señaló precedentemente, la controversia de la que nos ocupamos en esta columna, no contribuye en nada a dar certidumbre a la actividad editorial, ni a disipar inquietantes interrogantes. Al cabo de 98 años de existencia, LA GACETA mantiene una circulación promedio de lunes a domingo que figura entre las más altas del país. En este contexto, el acceso fluido al papel es un elemento clave. Para su impresión cotidiana, LA GACETA consume 500 toneladas mensuales. De ese total, 200 son provistas por la empresa Papel Prensa y las otras 300 por operadores internacionales. Actualmente, el insumo se puede comprar en el mercado externo sin ningún tipo de restricciones ni cupos y sin soportar arancel alguno. Los precios internacionales se rigen por las reglas que rigen la oferta y la demanda, como ocurre con cualquier otro commodity. Por lo tanto, lo que lo hace más o menos accesible para los diarios nacionales, son el tipo de cambio vigente al momento de la compra, la capacidad de pago y la credibilidad comercial construida por cada uno durante años ante cada proveedor. Se trata de un dato que no puede pasar inadvertido en este momento.

Celebramos que se haga mención de la necesidad de aliviar los costos que los diarios del interior debemos afrontar hoy en el mercado. Consideramos que mucho se puede trabajar en ese sentido, apaciguando la sobrecarga impositiva existente en la actividad, como lo ha planteado la Asociación de Diarios del Interior (Adira) en muchas oportunidades ante las autoridades competentes.

Desde los más altos niveles oficiales se escuchan errados diagnósticos sobre el verdadero estado del mercado del papel, que es motivo de genuina preocupación. Con alguna ligereza se sostiene que se concretarán las inversiones suficientes para aumentar la oferta del insumo de producción nacional que hagan viable el autoabastecimiento y se sustituyan importaciones. El monto de la inversión necesaria, independientemente de quien la haga, y el tiempo que transcurrirá hasta la puesta en marcha de las ampliaciones de la fábrica nacional, emergen como factores complicantes del despegue proyectado. Por otra parte, no existe garantía alguna de que una vez alcanzados esos niveles de producción, estos ofrezcan precios competitivos.

Las imprecisiones del discurso oficial alientan la presunción de que pueden aplicarse medidas que condicionen la disponibilidad de papel para los medios independientes, tales como la cupificacion o el arancelamiento, ya sufridos en el pasado, cuando este diario debió publicar ediciones de sólo cuatro páginas. Esas herramientas coartan la libertad de expresión garantizada constitucionalmente. En consecuencia, LA GACETA considera que si algo debe declararse de interés público, es el acceso al papel sin trabas y no necesariamente, su fabricación, sin que ello implique privar de la libertad de elección de cada diario para obtener el insumo en el país o en el mercado externo.