El máximo castigo previsto en el Código Penal de la Nación recayó sobre Luciano Benjamín Menéndez (es la cuarta vez que lo recibe) y Roberto Heriberto Albornoz: ambos fueron condenados ayer a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad (ver "Los delitos..."), por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF), al finalizar el proceso por el centro clandestino de detención en la ex Jefatura de Policía.
Los jueces decidieron darle al comisario (r) Luis de Cándido 18 años de cárcel como autor material de delitos contra Marta y Rolando Coronel, mientras que su hermano Carlos de Cándido fue castigado con tres años de prisión en suspenso, por usurpación de propiedad.
La mayor expectativa del público no estuvo centrada en la determinación del monto de la pena sino en la forma de cumplimiento, ante el reiterado pedido de que los acusados sean alojados en una cárcel común y no estén beneficiados por la detención domiciliaria.
En este punto no hubo unanimidad en el TOF: Carlos Jiménez Montilla y Josefina Curi votaron porque Albornoz y Luis De Cándido fueran llevados de inmediato a Villa Urquiza, mientras que Gabriel Casas mantuvo su criterio del caso Guillermo Vargas Aignasse (2008), de que debía postergarse la decisión sobre este punto para el momento en que quede firme el fallo por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, tras las apelaciones de rigor. Se resolvió que este principio sea aplicado con Menéndez.
El traslado de los condenados al penal se concretó desde la misma sede del TOF, e ingresaron a la cárcel pasadas las 14.37, ya que se le revocó en el acto la detención en sus casas particulares de la que gozaba Albornoz y se ordenó la de Luis de Cándido. Su hermano Carlos salió caminando del edificio judicial (ver "En este país...") y Menéndez viajará el lunes a Córdoba, donde está siendo juzgado por otros crímenes.
Repleto
Las 150 personas que llenaron el recinto de audiencias esperaron con la mirada fija al frente y las manos entrelazadas, el momento de leerse dónde iban a estar alojados los penados. Como primero se mencionó a Menéndez, hubo cierta desazón, pero luego rompieron en aplausos, vítores y llanto cuando se dispuso el presidio para los policías retirados, al punto que Jiménez Montilla tuvo que llamar al orden. En el exterior, la reacción fue similar (ver "La pena...").
Antes de comenzar la audiencia, los familiares de las víctimas y los militantes cantaron consignas y reiteraron sus pedidos históricos de justicia. Sin embargo, el silencio dominó el salón cuando ingresó el tribunal para la lectura del fallo.
Entre el público estuvieron el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde; su segundo, Luis Alen; el secretario de Derechos Humanos de la Provincia, Daniel Posse; la vocal del TOF, Alicia Noli (excusada en esta causa); la legisladora Marta Zurita; el concejal Hugo Cabral; la titular del Inadi, Teresa Ivankow; el presidente del Colegio de Abogados, Eudoro Aráoz; el ex titular de la institución, Antonio Bustamante; la ex legisladora porteña Vilma Ripoll y varios testigos del juicio.