"Todo es y no es; son verdades a medias". De esta manera, la directora del Hospital de Niños, Graciela Lavado, relativizó lo expuesto en el documento que los autoconvocados de la salud dieron a conocer ayer. "Varias cosas no son ciertas", aclaró la médica, y resumió cuál es, según su parecer, la situación de ese centro asistencial: "estamos reciclando el hospital pero no se puede sacar a la gente. Es probable que mientras dure la construcción haya salas con espacios más precarios".

Lavado apuntó al párrafo que responsabiliza al polvo generado por las obras de construcción por un brote de mucormicosis. "El brote existió pero se comprobó que fue producido por contacto y no por el polvo. Sospechamos que estuvo relacionado con la tela adhesiva y las tablillas con las que se fijaban los sueros de los niños", explicó.

Con respecto a los aparatos, señaló que los niños que requieren de estudios con aparatología de la que carecen son derivados al sector privado. "No es que se quedan sin atención. Es verdad que no tenemos un videofibrogastrocopio porque se rompió y las gestiones ya están en la Nación", especificó. Aseveró que uno de los ecógrafos de la institución está dañado, pero dijo que disponen de un ecógrafo doppler en Cardiología y de dos portátiles para urgencias.

Lavado destacó que trabajan en el armado de un área de clínica quirúrgica que tendrá 60 camas. "Estamos esperando que la Dirección de Arquitectura y Urbanismo la entregue", destacó. Además, precisó que avanzan en la refacción de la planta baja del hospital.

Con relación al área de Audiología, celebró que la institución haya ingresado a un programa nacional para la detección precoz de la hipoacusia y remarcó que llegaron equipos que podrán ser instalados una vez que esté completa la planta baja.

"Antes teníamos una terapia intensiva con seis camas, actualmente hay 16. Y la intermedia contaba con 11 camas y hoy tenemos dos con 24 camas cada una. Los quirófanos eran sólo dos; ahora, disponemos de 5, uno de ellos de alta complejidad", repasó. Por último, adelantó que también se trabaja en una sala para los niños inmunodeprimidos: "se está terminando de reformar, tiene un filtrado especial del aire que hace que tengamos el 99% de seguridad de asepsia; es decir, que no haya gérmenes en el aire".