HOUSTON.- "Alex", el primer huracán de la temporada en el Atlántico, dificultaba ayer las tareas de limpieza del derrame de BP en el Golfo de México y retrasaba los planes de aumentar la capacidad de contención del crudo, en una nueva amenaza para las contaminadas costas.
Los habitantes de la región se preparaban para su llegada. "Ale" se aproximaba anoche a la frontera entre México y el Estado norteamericano de Texas con vientos sostenidos de 150 km/h (categoría 1), por lo que también fueron evacuadas plataformas y torres de explotación petrolera. Más de 80 de las 685 estructuras de este tipo fueron evacuadas, lo que redujo en alrededor del 26% la producción.
Se prevé que el centro del huracán tocará tierra en el noreste de México hoy temprano. Los vientos con fuerza de huracán se extienden hasta 110 kilómetros del centro y los vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden hasta 335 kilómetros. Hay además un aviso de huracán para la costa de Texas, hacia la desembocadura del río Grande, y para la costa de México, desde la desembocadura hacia La Cruz. Algunos habitantes de las zonas costeras se refugiaron ya en el interior mientras los dueños de hoteles y restaurantes protegieron con paneles las ventanas de sus locales. El presidente Barack Obama declaró el estado de alarma para Texas.
Oleaje alto y destructivo
Se espera que el huracán cause una marejada ciclónica que hará aumentar el nivel del agua entre uno y dos metros y que podría penetrar varios kilómetros tierra adentro. "La marejada estará acompañada por oleaje alto y destructivo". Es la primera vez desde 1995 que en junio se genera un huracán en el Atlántico, días antes del comienzo de la temporada, que se espera sea más intensa que lo normal este año. Esta predicción de los investigadores es motivo de preocupación a lo largo de la costa entre Louisiana y Florida, debido al derrame de crudo tras el hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon" el 22 de abril, que causó una marea negra que hasta ahora no ha podido ser detenida. El desastre en el Golfo ya lleva 72 días. Los altos costos ambientales y económicos para el turismo, la fauna, la pesca y otras industrias siguen creciendo.
Si bien la trayectoria de "Alex" hacia tierra firme se aleja del punto en que se encuentra la plataforma de BP, los trabajos de limpieza del crudo tuvieron que interrumpirse debido al fuerte oleaje. Mientras se aproximan fuertes ráfagas de viento, olas de hasta 4 metros y lluvias torrenciales, se suspendieron la quema controlada de petróleo, los vuelos para regar dispersantes y las operaciones de contención de la marea negra sobre la superficie del océano en la zona.
A lo largo de la orilla de Mississippi, conductores exasperados son forzados a desviarse de las carreteras playeras para evitar las olas que golpean la costa. Los vientos empujan bolas de alquitrán y olas color óxido sobre los paredones que limitan el área de playas. "Lo que sigue es el petróleo en nuestras casas. Es el huracán Katrina de nuevo, pero peor", dijo una mujer. (DPA)