La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) endurecen su posición en contra de la venta de remedios fuera de las farmacias y en la lucha contra los medicamentos falsificados. Una encuesta llevada a cabo por el Colegio de Farmacéuticos de Buenos Aires mostró que la aspirina es usada por el 50% de las personas que se automedican. Le sigue un antibiótico (amoxicilina) con el 42% y un antiinflamatorio (ibuprofeno) con el 38%. Los problemas de salud relacionados con la autoadministración de fármacos significan un gasto extra anual de $ 1.700 millones, advirtió la COFA.
A su vez, el 12% de las consultas en hospitales se debe a la automedicación o a la ingestión de remedios en mal estado. El mal uso de medicamentos causa la muerte de más de 700 personas cada año y alrededor de 100.000 internaciones. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología informó que entre el 7% y el 10 % de los medicamentos que se venden en el país están adulterados o son falsificados. Esto equivale a 30 millones de cajas de remedios por año. Los comprimidos falsificados suelen estar compuestos por talco, almidón o componentes que se utilizan para unir la pasta, que incluso podrían ser tóxicos.
Cuestionada apertura
En 1991 el Poder Ejecutivo Nacional dictó un decreto por el cual se autorizó "autorízase la venta de especialidades medicinales catalogadas como de expendio libre por la autoridad sanitaria, en aquellos establecimientos comerciales no comprendidos en la Ley Nº 17.565. A partir de la sanción de ese decreto sobre desregulación económica se pretendió generalizar la comercialización de medicamentos de venta libre, y permitir que se expendan en otros locales comerciales aunque no fueran las farmacias habilitadas. El argumento era la baja toxicidad y la supuesta disminución de los precios que generaría la sobreoferta. Los precios de los medicamentos no sólo no bajaron sino que aumentaron -pese a la convertilidad- más de un 140% en 10 años.
En mayo de 2008 fue aprobada en la Cámara de Diputados de la Nación la ley 26.567 a través de la cual se establece que la preparación de recetas, la venta de medicamentos y de drogas, inclusive los denominados de venta libre, se lleven a cabo únicamente en las farmacias habilitadas. Esta norma fue sancionada en noviembre de 2009 por el Senado, pero su aplicación aún parece estar a la espera. La norma deroga el decreto 2.284 y establece que los medicamentos, incluso los de venta libre, deberán ser expendidos en las farmacias por un profesional farmacéutico.
Está pendiente otra ley
"No fue fácil sacar esta ley. No porque hubiera oposición, sino por la diferencia de criterios entre los legisladores", dijo el ex presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y actual asesor del Ministerio de Salud, Juan Sylvestre Begnis, durante un encuentro de profesionales y autoridades del sector médico farmacéutico. "Ahora debe ser aplicada, porque con la norma de concentración de medicamentos en las farmacias estamos dando seguridad a la población. Aún queda pendiente la ley de trazabilidad que permitirá seguir el proceso de elaboración, compra, venta y puesta en el mercado, para combatir la falsificación y la adulteración. Ya tiene media sanción del Senado y ojalá que pronto vea la luz", añadió.
En tanto, según el Coordinador de la Comisión Nacional Coordinadora de Políticas Públicas en Materia de Prevención y Control del Tráfico Ilícito de Estupefacientes, Alberto Calabrese, en los niveles de abuso "la Argentina consume, en proporción, dos veces y media más psicofármacos que los Estados Unidos. Los medicamentos son, después del alcohol, las drogas que más se consumen desde hace 10 años, y constituyen el segundo uso adictivo de la población. Antes eran las anfetaminas; hoy, los psicofármacos".
Intoxicaciones
En opinión del vicepresidente de la COFA, Enrique Roca, "la aplicación de la ley es fundamental ya que la mayor cantidad de intoxicaciones se produce por el mal uso y abuso de los medicamentos que hay en el hogar. Hoy la publicidad convence a la población de que es lo mismo masticar un fármaco de venta libre que un caramelo".
Roca insistió en que se debe revalorizar el rol del farmacéutico para que cuando alguien vaya a una farmacia encuentre allí un centro de atención primaria de la salud y el consejo de un profesional que lo oriente y le advierta sobre el uso racional de un determinado medicamento.
Abuso con antibióticos
"El uso indebido de los medicamentos siempre genera daño a la salud. En el caso de los antibióticos, cuando la gente no hace los tratamientos completos, se genera resistencia y el germen se hace más fuerte, los antibióticos dejan de ser efectivos y hay que recurrir a otros más fuertes, esto es algo cotidiano que se ve en la práctica médica", advirtió el jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damín.
Ninguno es inocuo
De acuerdo con el toxicólogo, el problema de la automedicación es que la gente no sabe cuántos días tiene que tomar el medicamento, con lo cual termina por no tratar bien la afección de base y, encima, sufre las consecuencias de consumir algo de forma equivocada.
"Muchas veces también se receta con facilidad, innecesariamente; es un problema de toda la sociedad y de sus actores principales, médico y farmacéutico. No hay medicamentos que sean inocuos, pueden ser buenos, pero tomados incorrectamente se pueden transformar en tóxicos", afirmó.
Respecto del abuso que se hace de los remedios, Damín destacó: "esto ocurre fundamentalmente porque la gente, todo el tiempo, trata síntomas con medicamentos sin tener en cuenta los efectos adversos de estos. Las personas no saben, por ejemplo, que no se puede manejar vehículos bajo el efecto de los psicofármacos, y al desconocerlo ponen en riesgo su vida y la de los demás. Las mezclas o la asociación entre medicamentos también es común y no se advierte como un peligro".