EL COMIENZO.- El nuevo gobierno socialista de Grecia, al poco tiempo de ser elegido, reconoció que las cifras de déficit habían sido falseadas a la baja por el anterior gabinete, pasando el déficit público del 3,7% al 12,7%. Los planes de austeridad no calmaron a los mercados ni evitaron las rebajas de calificación, y desataron graves protestas populares. El aumento de los tipos de interés exigidos por el mercado cuando Grecia vende deuda al mercado ha llevado la situación hasta el punto actual.

UNO ES EL UNICO.- No sólo Grecia está en problemas con su deuda pública. El Reino Unido, los países de la Europa del Este o Estados Unidos tienen déficit muy elevados. Pero Grecia partía de una situación más complicada, por el volumen de su deuda, por el déficit y por estar dentro del euro. Así, a medida que el rebote de las Bolsas se agotaba, los inversores empezaron a fijarse en los riesgos, y apuntaron a Grecia.

SE EXTENDIO CON RAPIDEZ.- La crisis se aceleró en Atenas porque el país depende de los mercados para financiar su deuda, tanto la que vence y debe ser refinanciada como la que debe emitirse se colocan en el mercado. Si el mercado empieza a desconfiar de la capacidad de Grecia para pagar sus deudas, exige mayores tipos de interés, lo que a su vez agudiza el desequilibrio de las finanzas públicas y hace insostenible la situación. La deuda pública griega es el 120% del PBI.

LE PEGA AL EURO.- El euro sentirá, en parte, el golpe de la crisis griega. En situaciones equivalentes, la devaluación de la moneda ayuda a ganar competitividad exterior y a revitalizar la economía. Ahora Grecia no tiene ese arma. No obstante, pertenecer al euro garantiza a los bancos las líneas de financiación del Banco Central Europeo, lo que disminuye los riesgos de una crisis financiera de mayor calado.

ACREEDORES Y SALVATAJE
.- Grecia le debe dinero a países extranjeros. Según los datos del Banco Internacional de Pagos, las entidades financieras de Alemania y Francia tienen en sus balances deuda griega por 88.000 millones de euros. Respecto del rescate que están armando el FMI y la Unión Europea, salvarán a Grecia si se logra ganar tiempo. Si los tipos de interés se moderan, si el país helénico pone en marcha un ajuste de gasto público y la economía europea mejora, puede ser suficiente. De lo contrario, la profundización de la crisis será mayor y peores sus consecuencias.