BUENOS AIRES.- La ministra de Defensa, Nilda Garré, desmintió haber sido amenazada como consecuencia de la divulgación de la lista de espías civiles y militares que formaron parte del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército durante el gobierno militar. Garré encabezó ayer un acto en homenaje a los soldados conscriptos desaparecidos durante el proceso militar en el que descubrió una placa en la Plaza de Armas del Edificio Libertador, sede del ministerio.
"No, lo desmiento totalmente", enfatizó la funcionaria al ser consultada por la prensa luego de la ceremonia.
El fin de semana, versiones periodísticas habían señalado que tanto Garré como el actual jefe de Inteligencia de Ejército, César Milani, habían recibido amenazas. La difusión de la lista, donde figuran 4.300 nombres de integrantes del Batallón 601 del Ejército generó la denuncia del diputado radical y presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara Baja, Julio Martínez, en contra del jefe de Inteligencia del Ministerio de Defensa, Carlos Aguilar.
Según expliicó el parlamentario, el denunciado habría sido espía de la Fuerza Aérea. Además, obligó al presidente de la Comisión de Familiares de Caídos en las Islas Malvinas, Héctor Cisneros, a renunciar a su cargo luego de que se lo mencionara en la nómina de agentes civiles y militares del polémico batallón.
Sin obstáculos
Al mismo tiempo, Garré ordenó a cada una de las Fuerzas Armadas (FFAA) que se incluya en los registros la leyenda "detenido/desaparecido", junto al número de legajo de la denuncia ante la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP) de los 43 conscriptos en esa condición.
Garré explicó que el Gobierno contaba con "diferentes informes sobre los hechos de una misma historia y se contradecía en sus propios relatos".
"En el ámbito de la defensa, el desarrollo de una política integral de Derechos Humanos, si bien no puede negar un pasado autoritario, debe transformar las condiciones que puedan operar como obstáculo para el ejercicio de derechos", dijo. Garré consideró "indispensable" la inclusión de una agenda específica en la materia como temática "consustancial e indispensable de cualquier proceso de consolidación democrática y republicana de las Fuerzas Armadas". (NA)
"No, lo desmiento totalmente", enfatizó la funcionaria al ser consultada por la prensa luego de la ceremonia.
El fin de semana, versiones periodísticas habían señalado que tanto Garré como el actual jefe de Inteligencia de Ejército, César Milani, habían recibido amenazas. La difusión de la lista, donde figuran 4.300 nombres de integrantes del Batallón 601 del Ejército generó la denuncia del diputado radical y presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara Baja, Julio Martínez, en contra del jefe de Inteligencia del Ministerio de Defensa, Carlos Aguilar.
Según expliicó el parlamentario, el denunciado habría sido espía de la Fuerza Aérea. Además, obligó al presidente de la Comisión de Familiares de Caídos en las Islas Malvinas, Héctor Cisneros, a renunciar a su cargo luego de que se lo mencionara en la nómina de agentes civiles y militares del polémico batallón.
Sin obstáculos
Al mismo tiempo, Garré ordenó a cada una de las Fuerzas Armadas (FFAA) que se incluya en los registros la leyenda "detenido/desaparecido", junto al número de legajo de la denuncia ante la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP) de los 43 conscriptos en esa condición.
Garré explicó que el Gobierno contaba con "diferentes informes sobre los hechos de una misma historia y se contradecía en sus propios relatos".
"En el ámbito de la defensa, el desarrollo de una política integral de Derechos Humanos, si bien no puede negar un pasado autoritario, debe transformar las condiciones que puedan operar como obstáculo para el ejercicio de derechos", dijo. Garré consideró "indispensable" la inclusión de una agenda específica en la materia como temática "consustancial e indispensable de cualquier proceso de consolidación democrática y republicana de las Fuerzas Armadas". (NA)