Lunes, miércoles y viernes. Los días en los que más se potencian las plegarias; las oraciones con la tecnología para que un ser querido tenga expectativa de vida. Nada es sencillo. Ella mira al salón; en silencio cuenta a los pasajeros de la vida. La semana cierra con una alegría especial. Puede que los riñones no funcionen, pero el corazón siempre late cuando alguien comparte la misma experiencia. Del otro lado del vidrio, uno se atreve a mirar a los ojos de ese ser querido; son tan expresivos que, al toque, te transmiten amor. Te gritan en ese silencio que todo va a estar bien; que el dolor es soportable en la medida que esa máquina funcione bien y el cuerpo responda. Esos mismos ojos destellan esperanza de que, en algún momento, ese ser querido ingrese en una mejor ubicación en la lista de espera cuando asoma un operativo de trasplante, donde hay que dejar todo de lado y salir corriendo en busca de más expectativa de vida. Siempre está la fe; siempre está la posibilidad, hasta que se apaga la luz. Pueden ser un año; tal vez cinco; quizás 10 y hasta 20 conviviendo con esa mochila, en diálisis. Para alargar este tiempo no sólo se explica a través de la resistencia corporal y los avances de la medicina; también del afecto. El cariño de los parientes y de los amigos alarga la vida (nunca la agonía) de esa mujer, de ese hombre, de esa joven o de ese niño. No hay más explicación que el valor de ese afecto; no hay otra prescripción que contribuya tanto a la vida como el amor de lunes a lunes, aunque más se potencie esos lunes, miércoles y viernes de plegarias, con ese pariente tecnológico (el equipo de diálisis) que se incorpora como uno más de la familia para que otro integrante sobreviva. El día Mundial del riñon es una ocasión para recordar que la prevención es clave frente a una enfermedad silenciosa. La concientización de este problema no es exclusiva del paciente, sino de todos aquellos que lo acompañan cuando esa enfermedad se vuelve crónica.
Insuficiencia renal: se diagnostica fácil, pero la mayoría llega tardeDía Mundial del Riñón: el remedio para una enfermedad silenciosa
