Los riñones son órganos indispensables: se ocupan de filtrar la sangre y eliminar las toxinas del cuerpo. Su tarea es tan esencial para la vida que cada segundo jueves de marzo, se celebra el Día Mundial del Riñón, una iniciativa para concientizar acerca de la importancia de su cuidado.

El problema es cuando empiezan a funcionar mal (lo que se conoce como insuficiencia renal crónica). Generalmente, como el riñón es un órgano silencioso, llegamos muy tarde a esta enfermedad, ya que no hay señales que puedan advertir en forma temprana si están dañados. Cuando aparecen los síntomas, probablemente ese paciente ya necesita un trasplante o diálisis (un sistema que se encarga de filtrar la sangre y eliminar las toxinas).

Ante esa realidad, el lema de este año es: ¿cómo están tus riñones? La idea es concientizar a la población para que se haga un chequeo una vez al año, explicó Juan Carlos Cabrera, médico nefrólogo y docente de la UNT.

“El daño renal puede prevenirse, y también se puede retrasar la progresión de la enfermedad hacia la etapa terminal, asegurando el acceso a diagnósticos básicos precoces y el tratamiento temprano”, expresó.

La insuficiencia renal crónica es una patología que tiene cada vez más incidencia. Esto es porque está íntimamente relacionada con patologías que están aumentando en la población, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. También influyen la edad, el sedentarismo, antecedentes familiares, tabaquismo y afecciones cardiovasculares (ACV, infarto, accidente isquémico transitorio, entre otros).

Día Mundial del Riñón: el remedio para una enfermedad silenciosa

Se calcula que la enfermedad afecta a cinco millones de personas en nuestro país, pero solo uno de cada 10 lo sabe. Para tener una idea de la dimensión de esta problemática basta con revisar la cantidad de pacientes en lista de espera por un trasplante de órganos en la Argentina: hay 7.340, de los cuales la gran mayoría (5.574) necesita un riñón.

- ¿Por qué es tan importante  cuidar nuestros riñones?

- El riñón cumple múltiples funciones. Además de establecer la eliminación de desechos del cuerpo, debe equilibrar el medio interno del organismo. Se trata de la combinación del agua con los iones que es imprescindible para la vida de las células. Asimismo, tiene un papel esencial en la elaboración de una hormona con la cual se forman los glóbulos rojos. También se encarga del metabolismo del calcio, del fósforo y de la vitamina D para el buen funcionamiento de la de los huesos.

- ¿Qué nos puede pasar cuando funcionan mal?

- Básicamente, se acumulan tóxicos en el organismo. El daño renal va avanzando hasta que se vuelve necesario reemplazar la función de los riñones con diálisis peritoneal, con hemodiálisis, o con trasplante de riñón.

- Cuál es hoy la enfermedad relacionada con los riñones que más preocupa?

- La diabetes y la hipertensión arterial. También la obesidad. Los dos tercios de los pacientes que se encuentran en diálisis o son diabéticos o hipertensos.

- ¿Por qué hace falta más concientización?

- Generalmente, a los riñones se los asocia con ciertos dolores o cosas que no tienen nada que ver. La insuficiencia renal no da dolor. El malestar puede surgir de inconvenientes de las vías urinarias, cálculos. Pero en realidad la insuficiencia renal, que es el problema por el cual desaparece la función renal, no tiene ningún tipo de síntoma. Entonces, ¿Qué tenemos que hacer? Ir y decirle a nuestro médico de cabecera o al clínico una vez al año: ‘quiero saber cómo están mis riñones’. Y el profesional le va a pedir un análisis de sangre en donde se mide la creatinina y con eso se calcula cuánto es el riesgo de la insuficiencia renal. Además, se solicitan análisis de orina para establecer cuánto daño puede tener ese riñón.

- ¿Ha aumentado el el número de pacientes que se hacen diálisis?

- Sí, pero es porque también aumentó la detección de la enfermedad gracias a las campañas de prevención. Hoy la gran mayoría de los argentinos nos tenemos que analizar cómo están nuestros riñones porque no muchos no estamos libres o exentos del exceso de peso, la hipertensión arterial y la diabetes. Lamentablemente, todavía hay muchas personas que tienen la enfermedad y no lo saben, pese a que se diagnostica de una forma muy fácil.

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- ¿A qué edad sería ideal comenzar los chequeos?

- Lo ideal es un chequeo anual después de los 40 años. Porque cuando ya aparecen algunas señales, como retención de líquidos, náuseas, vómitos, calambres, insomnio y dolor del cuerpo -síntomas generales que uno puede tener por cualquier otra cosa- es porque está muy avanzada la enfermedad renal.

- ¿Hay tratamientos para frenar la patología si es detectada a tiempo?

- El tratamiento que consiste en medicación y dieta que permite que no caiga la función de los riñones. Hoy hay muchas herramientas para esto.

- Y cuál es la mejor forma de cuidar estos órganos?

- Dentro de las reglas de oro está tener una vida saludable y  una buena hidratación. No fumar es una cosa muy importante, al igual que cuidarse de la sal. Controlar la presión arterial y cuidar todo lo relacionado al sistema cardiovascular es esencial.

Calvario y diálisis: Franco recuperó la calidad de vida después de haber recibido dos trasplantes de riñón

La vida de Franco Nallar (34) cambió de repente y sin aviso en octubre de 2013. Estaba trabajando cuando empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza. Tuvo mareos y un cansancio extremo. En la visita al médico, le detectaron que tenía la presión por las nubes. Como los estudios cardiológicos no mostraron ninguna anomalía, le hicieron un análisis de sangre. Ahí descubrieron que los riñones no funcionaban y que estaba muy grave: sufría insuficiencia renal crónica, según cuenta el joven papá de dos nenas. En su niñez y adolescencia no tuvo ni un síntoma de la enfermedad, que -según sospechan- comenzó a desarrollarse cuando era pequeño y tuvo una infección. Esa situación empeoró de grande, porque padecía hipertensión arterial. “El médico nos advirtió que la situación era muy complicada; mi cuerpo no eliminaba las toxinas. Yo estaba contaminado por dentro. La única salida era la diálisis”, recuerda el hombre de Lastenia.

La importancia de proteger de manera integral el riñón y el corazón

A los 23 años, su rutina se convirtió en una pesadilla cuando empezó a hacer diálisis. “Me sentía mal todo el tiempo. Había tenido que dejar todo lo que hacía. Me encerraba en la pieza y no quería salir; estaba muy deprimido”, cuenta. Cada sesión de diálisis duraba cuatro horas y tenía que ir tres veces a la semana. La angustia se convirtió en esperanza cuando su papá, Alfredo, lo sorprendió. “Yo voy a donarte un riñón”, le dijo. Los análisis de compatibilidad dieron bien y al poco tiempo se hizo el trasplante. Gracias a eso, Franco recuperó la calidad de vida. Diez años después, regresaron los problemas. Los análisis de rutina mostraban que, de nuevo, tenía insuficiencia renal. Volvieron las diálisis y entró en lista de espera. “El segundo milagro de mi vida llegó una madrugada de abril, hace dos años. Estaba sexto en la lista de espera, pero cuando llegó el riñón los primeros cinco pacientes estaban cursando distintas enfermedades, así que me tocó a mí. Increíble. Volví a nacer gracias a la generosidad de la familia de una mujer de 37 años que decidió donar los órganos. Ahora estoy muy bien, aunque me cuido mucho. Es una enfermedad complicada. Uno tal vez no dimensiona lo fundamental que son los riñones para la vida hasta que empiezan a fallar y el mundo se derrumba”, resumió.