Vladimiro Diéguez disfruta las luces encendidas y está a gusto con la marquesina. “Hemos tocado en salas, salitas, fiestas, casas, cumpleaños, festivales, en espacios al aire libre; y ahora aquí, en este teatro, nos sentimos muy bien, es un paso más”, dice, mirando alrededor las butacas y el imponente escenario del teatro Mercedes Sosa (San Martín 479), donde tocará Alem, esta noche a las 21.
La banda ha cumplido 15 años en 2024, tiene cuatro discos y prepara un quinto que se publicará este año (“Alem en vivo”). El cantante es un compositor compulsivo; y también un obsesionado por tocar en público. “Cuando pasan algunos meses fechas salgo y toco en cualquier lado, incluso en la calle”, le dice a LA GACETA.
En las historias de amor y desamor, Diéguez hace terapia. “Todo habla de mí, he realizado canciones para pedir perdón, pero también para perdonar, es una especie de catarsis”, reconoce y confiesa que escribe canciones porque el psicólogo es caro.
Formada en 2008 bajo diversas influencias musicales -sobre todo del indie rock, aunque no tan distante del pop-, Alem tiene una trayectoria en la que no es poco haber compartido escenarios con reconocidos grupos nacionales, tales como Catupecu Machu, Intoxicados, Estelares, Los Cafres y Babasónicos, entre otros. El grupo también participó de los más importantes festivales de la provincia y lleva publicados cuatro discos de estudio: “Intelligent Chabón”, “Santa Fe”, “Tres”, además de otros singles y videos que aparecen con frecuencia en las redes. Y ganó el año pasado el Premio Mercedes Sosa con “Esto es Alem”.
En la formación actual de la agrupación están Emanuel Diez, Juan José Barrionuevo, Carlo Cazón, Daniela Sierra y Matías Ramón. “Somos seis, hemos agrandado la familia, porque ya estábamos aburridos de vernos los cuatro, pasamos de ser un cuarteto a un sexteto“, cuenta.
- Las historias de amor y desamor han cambiado.
- Es lo que uno va aprendiendo del amor a través de los años y van cambiando, por supuesto. Del rockero viejo y dolido que va a prepararse para amar, pero mandándose cagadas. “Santa Fe” es un disco más íntimo con canciones para mis hijos y mi pareja. Con “Tres”, se vuelve al desengaño y al amor prohibido; y los singles como “Opuesto Complementario”, hablan de eso de encontrarse con otra persona siendo totalmente opuesto. “Doy con vos” está dedicado a mi primer perro, escrito a los 45 años, cuando lo encontré en la calle, flacucho y lastimado y mis hijos le pusieron Fideo, por su cuerpo. Hablo de eso, de un amor, distinto.
“No hago canciones que salven al mundo/ solo escribo de seguro es para mí” , canta en “Qué me importa” (del disco, “Intelligent Chabón”, 2009). “Soy lo que queda de mí/ y me quiero divertir”, describía en el tema “Félix” (de 2013, en el álbum “Santa Fe”). Y ahora, en “Los” (de “Tres”), dice “todos tenemos nuestro camino de idea,/ camino perdido.
- Te lo pregunté muchas veces en distintas entrevistas, hablás de vos…
- Sí, escribo sólo de mí, es más barato que ir al psicólogo, por supuesto. Uno se expone mucho cuando compone, pero no sé hacerlo de otra manera, soy así. Porque hay mucho de amor y de desamor todo el tiempo en mis letras. Creo que hay tres cosas que no se deben dejar de hacer jamás: cantar, porque es liberador; escribir, que hace bien porque uno se expresa; y bailar, ya que no entiendo a la gente que no baila. El primer tema de este disco es “Pista”, que es como cuando uno deja algo; y luego viene “Menester”, que habla de encuentros y desencuentros a escondidas. Después vienen “Toque”, “Todo”, “Promesa” y “Los”... Todo el disco es una historia de tres personas, en relaciones diferentes. Yo soy así, compongo lo que soy. Hice canciones para pedir perdón, como “Lo que nos falta”, pero bueno, las cosas cambiaron. Ninguna canción es ficticia, la vida es complicada y entenderla es más complicado, pero pasarla en un papel, escribir, mejora la relación con eso que te pasa. “Todo” es una canción para pedir perdón, la hice, pero la letra habla más de aprender a comunicarnos, porque uno a veces no encuentra las palabras. Sí, también. “Lo que nos falta”, con un corazón roto y en el mejor momento de mi carrera. Quedó plasmado en una canción lo que me pasaba, terminé aprendiendo y a todo el mundo le encantaba la canción.
Alem, la banda de 15 años que saca singles cada dos meses- ¿Cómo se llevan con el mercado?
- Spotify en algún momento empezó para los músicos, pero va mutando, hoy te paga más YouTube que Spotify; como pasa con todo, el mercado lo maneja. El algoritmo me da a veces con el reguetón, y no tendría por qué hacerlo, pero son publicidades pagadas, así es el mercado. La industria busca beneficiar al que tiene más escucha, y Spotify fue en su momento una gran herramienta para mostrar algo nuevo, pero hoy se lo comió el negocio.
- Imagino que para ustedes, el privilegio es tocar en vivo.
- Nada se cambia por tocar frente al público. Yo me desespero cuando no toco, en algún momento durante dos años no toqué y andaba por las plazas haciéndolo. En los festivales a lo máximo tenía 45 minutos, pero aquí preparamos un show de una hora y media, lo que será un placer inmenso.
- Pero el público no será el mismo...
- Hay otro espectador, me pasa de hacer un recital con chicos de 20 años a la 1 o 2 de la madrugada a la que les llevo 20 o más años, pero aquí será de otra edad, a otra hora, con gente de 40 o más años. Es lo bueno del recorrido en estos 15 años, que el público va mutando. Es un público diverso. Es la primera vez que trabajamos con tanta gente.