“El sarcasmo es la forma más baja de ingenio, pero la más alta expresión de inteligencia”. Esta frase se le atribuye al escritor, poeta y dramaturgo británico de origen irlandés Oscar Wilde. Si bien no hay precisiones sobre si verdaderamente fue él quien la escribió, estas palabras resumen de manera brillante el empleo de la ironía. Lo que quiere decir es que, aunque el sarcasmo puede parecer una forma burda o básica de humor (a menudo usado para burlarse o ridiculizar), en realidad requiere una gran agudeza mental para aplicarlo de manera efectiva. Es decir, puede ser una herramienta sencilla y hasta cruel, pero al mismo tiempo, su uso ingenioso demuestra inteligencia, rapidez de pensamiento y una comprensión sutil de la ironía.
Los usuarios de las redes sociales suelen usarla casi habitualmente. Fue un sello distintivo de Twitter desde sus inicios. Tras marcar el tono de muchas conversaciones fue desapareciendo junto al humor negro como consecuencia de la cultura de la cancelación, un fenómeno que implica la condena social de personas u organizaciones por comentarios o acciones consideradas ofensivos por ciertos sectores, lo que llevó a muchos a moderar su tono. Sin embargo, este recurso reapareció con fuerza en estos últimos años y fue adoptado como una herramienta discursiva por los referentes de La Libertad Avanza (LLA).
El irónico mensaje de Adorni a Villarruel por el viaje de Milei a EEUU: "Debidamente notificada"El fin de semana pasado, un rumor sobre la supuesta renuncia del ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, se propagó rápidamente en redes sociales. La confusión surgió a partir de una imagen viralizada que mostraba una placa de un canal de televisión con la leyenda “Renunció Luis Caputo”. Lo cierto es que la captura correspondía a 2018, cuando el economista dejó su cargo como presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) durante la gestión de Mauricio Macri.
El encargado de desmentir el rumor fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, conocido tanto por las críticas como por la admiración que genera su uso del sarcasmo. Desde su cuenta de X, ironizó: “Asumiría Sergio Chouza. Fin” , en referencia a un economista ligado al kirchnerismo, dejando en claro, con su característico estilo, que la versión carecía de fundamento.
Adorni ya nos tiene acostumbrados a este tipo de comentarios ácidos, que suelen generar adherencia en los oficialistas como el rechazo en los opositores. Uno de los más recordados ocurrió el año pasado, cuando, con su característico tono irónico, le dedicó un llamativo saludo a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por su cumpleaños número 71. “En primer lugar, desearle un muy feliz cumpleaños a la doctora Cristina Fernández de Kirchner. Exsenadora, dos veces presidente de la Nación y una vez vicepresidente de la Nación. Figura, si las hay, relevante de los últimos 20 años de esta decadente Argentina” , expresó en una conferencia de prensa. Sus palabras no pasaron desapercibidas. Mientras que algunos lo tomaron como una muestra de sarcasmo mordaz, otros lo interpretaron como una falta de respeto velada hacia la ex mandataria.
Cristina Kirchner: “Che Milei, te noto algo nervioso”, escribió en un extenso mensajeComo ocurre casi siempre, el funcionario presume su estilo provocador, que lo ha convertido en uno de los comunicadores más comentados desde que el presidente Javier Milei llegó a la Casa Rosada.
No sólo Adorni recurre a esta estrategia. El propio jefe de Estado la emplea casi a diario para arremeter contra quienes cuestionan sus medidas políticas y económicas. La expresión “fenómeno barrial” se ha convertido en su estandarte cada vez que encuentra publicaciones de medios extranjeros que destacan el rumbo que ha tomado el país bajo su conducción, o cuando recibe elogios de figuras como el magnate estadounidense Elon Musk, actualmente vinculado al gobierno de Donald Trump. Esta frase, que hace referencia al mote que le atribuyeron sus críticos durante sus inicios como diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), busca evocar la idea de que su apoyo se limitaba a ciertas zonas específicas de ese distrito.
Incluso Caputo recurrió al sarcasmo para desmentir los rumores de su dimisión. A través de su cuenta de X, el funcionario se refirió irónicamente a las especulaciones que lo vinculaban con una posible dimisión. “El kirchnerismo entró en etapa ‘enfermedad’. Desde LLA, como responsables de estar arreglando el desastre que dejaron, les deseamos una pronta recuperación”, escribió “Toto”, en un mensaje que rápidamente se viralizó. La publicación no solo buscó desestimar los rumores, sino también dirigir la atención hacia sus adversarios políticos, en un intento por desviar el foco de la coyuntura económica y las críticas hacia su gestión.
Redes sociales
Pero este tono irónico no se limita a las figuras principales del gobierno, sino que se extiende a las redes sociales de los usuarios afines a Milei, aunque con un matiz más agresivo. Estos seguidores despliegan un lenguaje mordaz y, en ocasiones, violento, que refleja una estrategia comunicacional más amplia. A través de memes, comentarios destructivos y ataques directos, no solo defienden las políticas oficiales, sino que también buscan desacreditar a los críticos y opositores.
El sarcasmo puede ser una muestra de inteligencia, como sugería Wilde. Sin embargo, en un contexto donde las palabras importan más que nunca, vale la pena cuestionar si no está eclipsando la posibilidad de un diálogo auténtico y sólido. Lo que podría ser una expresión de ingenio termina siendo un mecanismo que profundiza las grietas. Más allá de su efectividad como herramienta retórica, plantea otra pregunta incómoda: ¿hasta qué punto esta forma de comunicación contribuye a la construcción de un debate público serio y respetuoso?