Líder de la resistencia opositora, ingeniera, cerrada al diálogo con el chavismo, inhabilitada a ejercer cargos públicos y partidaria liberal. Esas son cinco de las características que podrían resumir un perfil de María Corina Machado, la mujer que, según el partido Vente Venezuela, fue detenida ayer –y luego liberada– durante las protestas contra Nicolás Maduro en Venezuela.

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El gobierno de Maduro representa la continuidad del chavismo en Venezuela. El propio Hugo Chávez ejerció como presidente entre 1999 y 2013 –año de su fallecimiento– y enseguida asumió Maduro, quien empezó a cursar este año su tercer mandato consecutivo pese a las denuncias de fraude electoral.

Quién es María Corina Machado

Corina Machado es la representante del liberalismo en Venezuela. Desde hace años mantiene conexiones políticas con el Partido Republicano de Estados Unidos, lo que le valió una asociación con el “golpismo imperialista”, según los críticos de su propio país. Propone un “modelo de desarrollo inclusivo y liberal destinado a generar prosperidad, riqueza y libertad” en Venezuela, según indicó CNN.

Así llegaba María Corina Machado a la marcha luego de haber pasado 133 días oculta por la persecución en su contra.

Aunque es considerada la líder opositora más fuerte al chavismo, está inhabilitada a ejercer cargos públicos por los próximos 14 años. En marzo del año pasado la Contraloría General de la República de Venezuela alegó “errores y omisiones en sus declaraciones juradas de patrimonio” para tomar tal decisión.

A pesar de la imposibilidad de postularse, Machado fue quien llevó adelante la campaña de Edmundo Gonzalez Urrutia, el candidato oficial de la coalición con Machado, en las elecciones de julio del año pasado. Ayer hizo su aparición luego de 133 días viviendo en la clandestinidad a raíz de las amenazas de detención recibidas por parte del gobierno.

Es madre, abuela e ingeniera industrial. Hija de una madre psicóloga y tenista y de un padre que se desempeña hace años en el rubro metalúrgico. Este último vínculo le valió el mismo apodo que recibió Margaret Thatcher en Inglaterra: la dama de hierro.