El lunes 6 de enero de 2025, Justin Trudeau anunció su dimisión como primer ministro de Canadá, cerrando un capítulo político que ha dejado una marca indeleble tanto a nivel nacional como internacional. Considerado por muchos como la personificación del "wokismo", Trudeau ha sido uno de los líderes canadienses con mayor proyección global.

Nacido en Ottawa el 25 de diciembre de 1971, su destino político pareció trazado desde la cuna. Su padre, Pierre Elliott Trudeau, ya llevaba tres años como primer ministro cuando él vino al mundo. La figura de su abuelo, James Sinclair, también marcó la trayectoria familiar al haber sido ministro de Pesca. Desde joven, Justin estuvo vinculado a la causa política del federalismo canadiense, la defensa del bilinguísmo y la unidad nacional frente al separatismo de Quebec.

El momento que marcó su irrupción en la vida pública se produjo en el año 2000, cuando pronunció un conmovedor discurso durante el funeral de su padre en la Basílica de Notre-Dame de Montreal. Su habilidad para dirigirse a la audiencia en inglés y francés, emocionando a dignatarios como la reina Isabel II, Fidel Castro y Jimmy Carter, captó la atención del país y marcó el inicio de las especulaciones sobre una dinastía Trudeau.

Justin Trudeau. FOTO X

Un liderazgo lleno de logros y controversias

En 2013, Trudeau fue elegido líder del Partido Liberal, sucediendo a Michael Ignatieff, y dos años después, derrotó al conservador Stephen Harper para convertirse en primer ministro. Su mandato estuvo marcado por una agenda progresista que incluyó la implementación de un impuesto al carbono, la protección de áreas naturales y el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Defensor de los derechos de las comunidades indígenas, LGBTQ+ y otras minorías, su gobierno promovió la diversidad y la inclusión. Trudeau estableció un gabinete paritario y adoptó políticas para fortalecer la clase media, como el Canada Child Benefit. Su enfoque incluyó también la legalización del cannabis, convirtiendo a Canadá en uno de los primeros países desarrollados en adoptar esta medida.

Sin embargo, su estilo de liderazgo también fue objeto de críticas. A pesar de ser visto como un icono de las políticas progresistas, sus detractores lo tildaron de "woke" por sus posiciones socialmente liberales. No obstante, Trudeau evitó caer en controversias vacías y demostró habilidad en la gestión de su imagen en redes sociales sin exponerse excesivamente.

Un enfoque global

En el ámbito internacional, la diplomacia de Trudeau abogó por el multilateralismo, el comercio libre y la resolución de conflictos. Canadá, bajo su liderazgo, fue un firme defensor de los derechos humanos y mantuvo una postura independiente frente a las tensiones comerciales con China y las relaciones a veces tensas con Estados Unidos durante la administración de Donald Trump.

Un legado complejo

Trudeau se esforzó por proyectar la imagen de un político moderno, cercano a su generación, amante del deporte y la cultura. Su pasión por el boxeo y su participación en combates de caridad se convirtieron en parte de su narrativa personal.

Con su dimisión, se cierra un período de gobierno que, pese a las controversias, quedó marcado por un enfoque progresista y una presencia política que no pasó desapercibida en la escena global. El futuro de Trudeau queda por escribirse, pero su impacto en Canadá y el mundo es ya innegable.