La gran reducción de la tasa de pobreza en el último trimestre de este año complejo, tal como lo relató el presidente Javier Milei en su discurso del jueves en Tucumán, ha generado buenas expectativas y al mismo tiempo a ha dado lugar a debates para tratar de explicar lo que sucede. Este diciembre, un mes sensible en la memoria de país, transcurre con mayor calma en la calle que en otros tiempos y llama la atención que llegamos a fin de año luego de un fuerte ajuste y contención del gasto.

El país estaba con los datos del primer semestre que indicaba que la pobreza afectaba a casi el 55 % de la población. El jueves, Milei expuso que descendió en el tercer trimestre al 38,9%, con una incipiente recuperación del salario y de una salida de la recesión.

Las explicaciones dadas por los especialistas se sustentan en recuperación de los ingresos por parte de la franja social de clase media y también a la recuperación del poder de compra del estrato social que recibe asistencia estatal, como la Asignación Universal por Hijo, cuyo ingreso se equiparó al nivel de la canasta básica. En una entrevista con “La Nación”, el director del Observatorio de la Deuda Social, Agustín Salvia, dijo que “seguimos atravesando la crisis; no estamos en la salida. Una posibilidad es que haya pasado lo peor, y otra es que haya un nuevo brote, con desajustes”. En ese sentido, indicó que las herramientas empleadas por el gobierno para combatirla son “señales positivas” y dijo que el país sigue enfrentando el costo a pagar para salir de una situación en la que “la economía estaba acostumbrada a funcionar con déficit, con emisión, con alta velocidad de circulación del dinero,”. También Salvia observó que, si bien hay un proceso de destrucción de las viejas maneras de gestión política y económica, todavía no se observa la construcción de un nuevo modelo que atraiga las inversiones necesarias para la expansión de la economía formal. El economista Juan Pablo Nicolini, en entrevista de LA GACETA, advierte que es clave la disciplina fiscal, que es condición indispensable para que la inflación bajara como lo hizo hasta ahora, y que eso debe ser mantenido. “Si volvemos al déficit fiscal, nada nos irá bien”, dijo.

El Observatorio de la Deuda Social advierte que “aun con esta tendencia a la baja, la pobreza actual ronda el promedio histórico de los últimos años, dando cuenta de un piso estructural de pobreza más alto que antes, que la sola desaceleración inflacionaria no resolverá”. La precarización laboral y la mayor dependencia de programas sociales en los hogares más vulnerables son obstáculos para resolver esta problemática. Según el diagnóstico académico, romper el piso de pobreza estructural es el gran desafío. “La indigencia no baja porque hoy hay menos trabajo en el sector informal”, sostuvo.

La principal razón de la caída reciente es la baja de la inflación, lección que debería quedar grabada en hierro. El gran desafío para el Gobierno será sostener la tendencia de la pobreza a la baja. “Hace falta que el país crezca con inclusión social -dijo Salvia- sin ella el crecimiento no es sostenible”.