Fin de año marca un estrés tanto emocional como financiero. El aguinaldo es considerado como una tabla de salvación frente a la acumulación de deudas de un año difícil, en el que el poder adquisitivo sucumbió en la primera mitad de este 2024 que pronto se va de la mano de la actualización brusca de los precios de la economía. Sin embargo, en los últimos meses, la situación mejoró paulatinamente con un proceso de desaceleración inflacionaria, en la que los argentinos dejaron de mirar al dólar como el termómetro de una economía en recesión. Así como los gobiernos intentan sostenerse en el equilibrio fiscal y las empresas cerrar el ejercicio con saldo positivo, la misma dinámica se aplica en las finanzas personales. Las familias tratan de “comprar deuda” con el ingreso extra que le significa el aguinaldo, a la vez que proyectan una escapada en el verano tras un año complicado.
Nadie puede escaparle a los gastos fijos. Como dice en su blog Luliinvierte.com, la influencers en educación financiera Lucía Aguilar indica que esas erogaciones están relacionadas con la obra social, el colegio de los hijos o los elementos escolares, el alquiler, los servicios básicos como luz, agua y gas, que no pueden ser suprimidos del presupuesto familiar. Pero sí se puede avanzar sobre los gastos fijos discrecionales, en los que se inscriben servicios de streaming como Netflix, mantenimiento de tarjeta de crédito que usaste una vez en la vida, el gimnasio al que vas una vez por mes y hasta cuotas de la tarjeta de crédito de productos que compraste impulsivamente. La premisa para la nueva etapa que se abre en 2025 es avanzar contra los gastos hormiga. Estos gastos son los primeros que hay que identificar para luego modificar, sugiere la influencer. Anotar uno por uno de los que hagas el primer mes de orden es una buena forma de llevar un control. Luego, lo ideal es hacer un presupuesto para cada categoría, teniendo en cuenta nuestras posibilidades y objetivos, y respetarlo, acota Aguilar.
Lo primero que se requiere para avanzar con una buena planificación financiera es el orden. El segundo atributo es la voluntad, indica Luli, para reconstruir la cultura del ahorro ahora que la inflación tiende a estabilizarse. El tercer paso es generar el hábito de ahorro, aunque sea ínfimo tomando en cuenta la capacidad financiera de cada familia.
Más interrogantes
¿Cómo enfrentar estos últimos días del año desde lo financiero?, ¿qué resulta más conveniente en términos de decisiones económicas?, ¿vender los dólares, renovar el plazo fijo, qué hacer con el aguinaldo?, ¿cómo hacer con los gastos propios de las fiestas? Estas y otras preguntas similares surgen en el ámbito de las finanzas personales.
Lo que se puede esperar del contexto macro es que la economía muestre mejoras en la actividad el año próximo, con un marcado descenso de la inflación y variables financieras como las tasas y el dólar que se estabilicen, o al menos que no haya cambios bruscos, indica a LA GACETA el economista Eduardo Robinson. En este marco general, hay que tomar decisiones.
“Si bien, no existen recetas generales, cada realidad personal es diferente objetiva y subjetivamente, lo que debe primar es la cautela, no tomar decisiones apresuradas sin analizar las consecuencias probables”, advierte. Por ejemplo, las personas que trabajan en la formalidad percibirán el medio aguinaldo algún compensatorio que tanto el sector privado como el público suelen otorgar, es decir, tendrán un ingreso extra.En este caso, la pregunta es ¿ahorrar, hacia dónde destinar ese dinero extra?, ¿consumir, comprar algo que se vino postergando y llegó el momento, pensar en los presentes para familiares y amigos, destinarlo a cuestiones domésticas, refacciones edilicias o algo parecido?, ¿cancelar deudas, ya sea poner al día el saldo de la tarjeta, algún préstamo bancario o particular? “Como regla general, continúa el consultor, tratar de que sirva para disminuir gastos a futuro. Esto es, no pagar intereses por acumulación del saldo de la tarjeta de crédito, con lo cual eso permite arrancar el año próximo con menos deudas”.
Aquellos que se inclinan por el consumo, no deben convalidar lo que se considere como subas excesivas de precios. “Ante la mayor cantidad de dinero circulante por estos días, muchos comercios suben injustificadamente los precios. Entonces, no convalidar esos incrementos. Ejercer lo que se llama soberanía del consumidor. Esperar, si efectivamente se da un escenario de baja de la inflación, habrá en los próximos meses más disponibilidad de crédito y extensión de plazos, con lo cual no convalidad un precio que no se considere adecuado”, remarca Robinson.
¿Y si el ingreso extra se decide destinarlo al ahorro? En este caso, agrega, hay que tener en cuenta, el plazo al que se pretenda efectuar la colocación. Por ejemplo, un plazo fijo a 30 días, renovable, comprar dólares y esperar que suba, adquirir una cuota parte de un Fondo Común de Inversión, que los bancos ofrecen con distinto perfiles de riesgo. Es decir, se pretende iniciar el año consumiendo, ahorrando o cancelando deudas. “Lo que se debe ponderar son las consecuencias de lo que se decida. Si el consumo está financiado con deuda, se empieza en rojo el año 2025. Si se decide ahorrar, es decir postergar consumo presente para consumir más en el futuro, empieza el año asumiendo el riesgo de la evolución de las tasas o del dólar o de cómo evolucione la rentabilidad del instrumento elegido. En caso de cancelar deuda. Se arranca con alivio financiero y eventualmente, con más capacidad de consumo a futuro”, detalla.
Aquellas personas que trabajan en la informalidad o que trabajan por cuenta propia, al ser probable que la economía repunte en los próximos meses y la mayor dinámica comercial de las próximas semanas, hay mayores chances de que puedan contar con ingresos extras. Por lo tanto, valen las sugerencias esbozadas para aquellos que contarán por ley con su medio aguinaldo. Sugerencias generales puede haber, pero cada uno, como se dice, sabe dónde le aprieta el calzado, finaliza Robinson.
Organizando la economía
Para empezar un año sin sobresaltos, hay que aprovechar estas últimas semanas de 2024 para organizarnos. Elena Alonso, economista y CEO y Cofundadora de Emerald Capital (@elena.financiera es su cuenta en Instagram) detalla a LA GACETA algunos pasos clave:
1. Enfrentar los números de casa. Sentate y revisá cuánto estás gastando y cuáles son tus gastos fijos. Usá herramientas como la calculadora de inflación del Indec para entender cómo aumentan tus consumos mes a mes. Prestá especial atención a los gastos fijos, ya que son los que debes pagar sí o sí para evitar problemas como cortes de servicios o desalojos.
2. Identificar gastos Variables y establecer Objetivos de Ahorro. Revisá qué gastos variables tienes y qué porcentaje de tus ingresos estás ahorrando. Establecé objetivos de ahorro claros para evitar que los gastos variables crezcan sin control.
3. Gestionar el uso de Tarjetas de Crédito. Considera los pagos de tarjetas de crédito como parte de los gastos fijos. Esto te va a ayudar a prever cuánto deberás pagar cada mes y limitar el gasto con la tarjeta, evitando que se convierta en un problema financiero.
4. Priorizar el pago de deudas. Si tienes deudas con tasas de interés altas, prioriza su pago antes de ahorrar o invertir. De lo contrario, los intereses pueden consumir tus ahorros y descapitalizarte.
5. Empezá a invertir para llegar a esos objetivos financieros así los alcanzás más rápido.
Siguiendo estos consejos básicos, dice la economista, vas a poder organizarte en estas semanas y enfrentar el próximo año con una mejor perspectiva financiera.