Andrés Romero ha dejado en claro su preferencia por un premio en particular. Cuando se le preguntó qué consideraba más importante, el Premio LA GACETA o el Olimpia, “Pigu” respondió sin dudar: “Al del diario fui todas las veces”. Esta respuesta, tan concisa como diplomática, refleja la importancia que el golfista otorga al reconocimiento de su público local.
Romero es el atleta más galardonado en la historia de la Fiesta del Deporte, evento que celebrará su vigésima edición el próximo lunes. El tucumano ha obtenido el máximo premio en tres ocasiones consecutivas, demostrando su dominio en el golf regional. Aunque el Premio Olimpia es el galardón más prestigioso a nivel nacional, Romero ha manifestado en varias ocasiones su especial cariño por el reconocimiento que recibe de su provincia.
En las dos oportunidades en las que fue finalista del Olimpia, Romero era el favorito para llevarse el premio. Sin embargo, el golfista siempre ha priorizado su presencia en la ceremonia del Premio LA GACETA. En 2006, por ejemplo, días antes de recibir el Olimpia de plata, ya había sido distinguido con la estatuilla dorada del diario.
‘Me gustó mucho más estar en el premio del diario. No es que el Olimpia sea un mal premio’, afirmó Romero. La razón detrás de esta preferencia tiene más que ver con lo sentimental que con lo deportivo. ‘Es más motivador estar con mi gente y no en Buenos Aires’, explicó el yerbabuenense.
En aquella época, Romero viajaba casi todo el año por compromisos profesionales. Por eso, el último mes del año era muy importante para él. En 2006, con su nominación como el mejor golfista tucumano, decidió quedarse en su provincia para recibir el Premio LA GACETA. Incluso si hubiera obtenido el Olimpia, este sería un complemento a un año excepcional en el que había logrado excelentes resultados en torneos internacionales.
Sus logros en ese año, como el segundo puesto en el Abierto de Escocia y el título en el Torneo de Maestros, lo convirtieron en un claro candidato para ambos premios. Tanto el jurado del Premio LA GACETA como el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires reconocieron su talento y dedicación. Sin embargo, el Olimpia de ese año fue para el garrochista Germán Chiaraviglio.
Entre los históricos
El nombre de Romero se mezcló entre los de leyendas que estaban ternados ese año como Emanuel Ginóbili, Fernando Gago, Rodrigo Palacio, Juan Sebastián Verón, Luciana Aymar, David Nalbandian, Juan Martín del Potro, Marcos Milinkovic, entre otros.
Cuando justo LA GACETA lo convocó para hacer memoria sobre las distinciones que recibió, había estado hablando con su papá. “Charlábamos del deportista que volvió a la provincia y ganó todos los torneos”, bromeó misteriosamente “Pigu” con su habitual buen humor. Ausente varios días de Tucumán, papá José lo estaba poniendo al día.
Todo aquel que sigue el deporte tucumano no pudo estar ajeno al tsunami deportivo que generó el regreso del rugbier, Nicolás Sánchez a su club de origen, el deportista al que se refería el golfista. Con su llegada, los “benjamines” empezaron a ganar y ganar; se coronaron en tres torneos. No es amigo de él, pero se conocen hasta un punto bastante íntimo. “Ya le mandé un mensaje pidiéndole una camiseta”, reveló Romero. Es un mangueo, pero que le quita cualquier sesgo peyorativo al término. “La semana que viene tengo mi evento y se la estaba pidiendo para ver si la subastábamos”, explicó el motivo del pedido.
Romero estima lo mismo que su padre. “‘Nico’ va a ganar. Me encantaría que gane porque viene laburando. Tomó la iniciativa de irse afuera, es un sacrificio que uno lo vivió. Volvió y salió campeón de todo”, elogió el ganador del “Canillita de oro” en 2006, 2007 y 2008.