Aunque es un mes emocionante, diciembre también puede enfermarnos tanto física como mentalmente. La recta final del año puede ser tan emocionante como demandante, combinando las consecuencias de tantas reuniones sociales, comidas copiosas, estrés de obligaciones laborales, agotamiento y un torbellino de emociones difícil de frenar. Si el último mes se vuelve particularmente difícil, probablemente estemos sufriendo de esta condición de fin de año.  

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El último mes del año nos propone una agenda bastante apretada entre últimos exámenes, trabajos finales, pendientes urgentes de completar, festividades, reuniones, compromisos sociales y una lista bastante larga. Y con este programa los desajustes en la alimentación, el clima caluroso y el estrés de las obligaciones pueden llevar a tener consecuencias en  nuestra salud.

¿Qué es el “síndrome de diciembre” según los psicólogos?

El doctor en Psicología y docente Flavio Calvo (MN 66.869) introdujo un concepto que encapsula el malestar psicológico asociado con este mes: el “síndrome de diciembre”. Se trata de una sensación de agotamiento físico y mental que encuentra su pico en las semanas finales del año.

“El cuerpo y la mente responden a la presión acumulada con insomnio, tensión muscular, irritabilidad y, en algunos casos, una necesidad urgente de pedir ayuda psicológica”, explicó Calvo al portal Infobae.

A esto se suma el impacto emocional de las celebraciones. Aunque muchas veces tienen un componente de alegría, también pueden reavivar conflictos familiares, intensificar la nostalgia por los ausentes, y generar frustración cuando la realidad no coincide con el ideal de felicidad promovido por las películas.

“La perfección no existe, y diciembre no tiene por qué cerrarse perfectamente. Es solo un mes más”, reflexionó el psicólogo.

El fin de año y sus consecuencias para la salud.

¿Cuáles son las afecciones físicas del mes de diciembre?

Diciembre también puede afectar a nuestra salud física.  De acuerdo con Ramiro Heredia del departamento de Medicina Interna del Hospital de Clínicas José de San Martín en Buenos Aires algunas condiciones pueden afectarnos como las enfermedades del tubo digestivo. Los desarreglos alimenticios típicos de esta época pueden generar dispepsia (malestar abdominal), intolerancia digestiva, y agravar condiciones como la gastritis o el reflujo gastroesofágico. “Las comidas más pesadas y las cenas copiosas suelen ser el principal desencadenante de estas molestias”, advierte Heredia.

Otras enfermedades infecciosas también pueden tomar protagonismo en diciembre. Con el calor aumentan enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, y las consultas sobre vacunación, incluyendo la de la fiebre amarilla para viajeros.

La combinación de reuniones sociales, alta ingesta calórica, alcohol, y falta de sueño puede agravar la disposición a condiciones como el sobrepeso la hipertensión o la diabetes mellitus. “En las fiestas, las emergencias por crisis hipertensivas, insuficiencia cardíaca y arritmias se disparan”, destacó Heredia.