Un día estás visitando la casa de un nuevo amigo o turisteando por una ciudad desconocida y de repente todo eso se vuelve extremadamente familiar. Por unos 15 segundos retrocedemos en el tiempo; reproducimos un escenario que nunca pasó en realidad; recordamos algo que nunca vimos o nos reencontramos con alguien que no conocemos. Aquel juego en nuestro cerebro puede enloquecernos y poco después darnos cuenta que experimentamos un inofensivo pero inesperado déjà vu.

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Déjà vu, del pretérito francés “ya visto” es esa sensación extraña y fugaz de ya haber tenido aquella misma experiencia que estamos viviendo. Este fenómeno llamado en español paramnesia, ha sido ampliamente investigado tanto por la neurociencia como la psicología. Se trata de un momento, no más prolongado que 10 o 15 segundos, donde nuestro cerebro juega con nosotros, creando la ilusión de familiaridad.

Déjà vu ¿qué es y por qué ocurre?

Cuando sufrimos un déja vu sentimos que el pasado se mezcla con el presente, pero no podemos definirlo con claridad y aquella experiencia puede hacernos sentir extremadamente incómodos. Los motivos de un déjà vu podemos encontrarlos en un pequeño error de nuestro cerebro, cuando la memoria mezcla lo familiar con lo novedoso en un mismo estímulo, dejándonos confundidos por un tiempo.

Nuestro cerebro no siempre es infalible; como las computadoras, a veces puede funcionar más lento y en otros incluso sufrir interferencias. A veces, puede equivocarse y de repente generar la sensación de “algo ya vivido”. Entre las más de 800 publicaciones científicas que, a día de hoy, se encuentran en la prestigiosa base de datos científica PubMed, podemos detectar diversas teorías que intentan explicar este fenómeno.

¿Qué es el déjà vu y por qué ocurre?

Déjà vu ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando ocurre?

Una de ellas es la teoría de la desincronización neuronal. Para entenderla hay que tener en cuenta cómo funciona la memoria, el sistema cerebral de almacenamiento de mensajes de nuestro cerebro. Usualmente, estos mensajes pasan por una estación de control (zona de memoria a corto plazo) antes de llegar a su destino final (zona de memoria a largo plazo). Pero, a veces, un mensaje toma un atajo y llega directamente al final (a la zona de memoria a largo plazo), saltándose la estación de control. Esto confunde a tu cerebro, haciéndote pensar que el mensaje (la experiencia) no es nuevo, sino algo que ya has recibido antes. Ha fallado la sincronización entre los grupos de neuronas de ambas zonas.

Otra teoría es la de la memoria fragmentada. Ahora piensa que tu memoria se almacena como un rompecabezas, y cada cosa que recordamos es una pieza. A veces, ocurre algo en el presente que encaja a la perfección con una pieza del puzle de tus recuerdos pasados, pero no puedes ver toda la imagen para saber de dónde viene. Esto puede hacer que algo completamente nuevo te parezca familiar, como si ya lo hubieras vivido.

También está la teoría de los errores de reconocimiento. Simplemente, tu cerebro puede confundirse y pensar que reconoce algo nuevo como si ya lo hubieras visto antes, incluso cuando no es así. Según Akira O’Connor, profesor de la Facultad de Psicología y Neurociencia de la Universidad de St. Andrews, explica que esta experiencia ocurre cuando las regiones cerebrales responsables de la familiaridad envían señales erróneas y se genera una breve confusión.

Y aunque esta experiencia pueda alarmarnos, lo cierto es que hay un factor fundamental que da cuenta de que nuestro cerebro aún funciona correctamente, y es el hecho de que somos conscientes de que aquello nunca pasó. Un déjà vu consciente indica que el cerebro reconoce la inexactitud del recuerdo, lo cual es positivo, ya que demuestra que los lóbulos frontales funcionan de forma correcta.